viernes, 13 de enero de 2023

Alturas de Samaypata


I

Samaypata es un Macchu Picchu en pequeño,
nos dicen.  Y el vulgo acierta.
Hora y media cuesta dejar atrás
el calor de Santa Cruz de la Sierra.
E instalarse. Pasar
por entre el ojo de aguja de sus calles.
Sin tocar la piedra.
Sin poner las narices sobre la roca fría.
Saber que Samaypata nos espera.
Para morir.  Para vivir
quizá aún más de esta manera.
Con su mansa arquitectura bajo nuestros pies,
eso nos dice.
Con su insondable pantalla de aire,
aquéllo nos ilustra.
Samaypata y el arte de morir,
de ir muriendo mientras caemos
en su profundo pozo.
Igual que en Macchu Picchu.
Aunque Samaypata es la muerte personal,
no comunitaria ni sideral.  Individual nomás.
Un día fuimos allí
con nuestra india camba
de largos cabellos, fuertes y oscuros.
Un día allí fuimos, en Lima,
cuando éramos niños
y jugábamos en torno
a una de sus huacas polvorientas.
El gol era la muerte,
pero esto aún no lo sabíamos.
Y el alborozo,
la misma alegría de ahora.  Oscura alegría.
Sin poner las manos sobre la roca dura
ni los ojos cerrados sobre la fría piedra.

II

Pertenecemos a una familia tan antigua
como la de los primeros hombres de la llanura.
Aunque en la montaña también encuentran
nuestras cenizas.
Hacer el amor sobre mi camba
es como penetrar dentro de un muro.
Como hacerle el amor a una rosa negra.
Samaypata es la hembra
escondida entre el follaje.
Piernas y caderas de mujer.
Y teticas de perra.
Así era aquella oscura muchacha.
Y la pinga se te vuelve de cuero.
Por continuar tumbado sobre la piedra.
Y los dientes te salen de más y los brazos
para mejor morderla y abrazarla.
Y las pantorrillas se te ponen de goma
para impulsarte
e ir conociendo el arte de morir en Samaypata.
Sin respirar la piedra ni lamer la roca dura
ni yacer de bruces al fondo del abismo.

III

El regreso desde Samaypata
me trajo aquí.
Que no es Samaypata, esto está claro.
Que no soy yo tampoco.
Que no es nadie, quizá.  Sino sólo
cierto espejismo de luces y altos edificios
sobre la paciente hierba.

IV

Un manjar puede ser
cualquier bocado.
Por eso escribes a pesar
de tu sentimiento impuro.
No hay un lugar ni un tiempo
ideal.  Por eso
aproximas tu cabeza
al abismo del papel.
Samaypata ha dejado
una larga estela de estrellas.
De aglomeradas estrellas de muerte.
Media hora menos dura
el camino de regreso al llano.
A la embestida del calor
de Santa Cruz de la Sierra.
Al asalto del frío de Boston.
Aunque por ahora vivas
dentro del avión de tus recuerdos.
Y el hecho próximo futuro
sea el de tu propia extinción.
Quizá en Samaypata.
Quizá tocando la loza misma
de aquellas espléndidas estrellas.
Con nuestra gota de sombra confundida
y feliz entre tantas otras sombras.
Pero esto no lo sabes todavía.  Y por eso escribes
con tu soledad impura.
A medias sola.  Acompañada
a medias
No hay un lugar ni un tiempo
ideal.

Alturas de Samaypata/ Leila Yatim (Tradução)

I

Samaypata é um Macchu Picchu em pequeno,
Nos dizem. E o vulgo acerta.
Hora e meia custa deixar atrás
O calor de Santa Cruz de La Sierra.
E instalar-se.  Passar
Pelo olho da agulha de suas ruas.
Sem tocar a pedra.
Sem pôr as narinas sobre a roca fria.
Saber que Samaypata nos espera.
Para morrer.  Para viver
Quiçá ainda mais desta maneira.
Com sua mansa arquitetura sob nossos pés,
Isso nos dizem.
Com sua impenetrável tela de ar,
Aquilo que nos ilustra.
Samaypata e a arte de morrer,
De ir morrendo enquanto caímos
Em seu profundo poço.

Como em Machu Picchu.
Ainda que samaypata é a morte pessoal,
Nem comunitária nem sideral. Individual apenas.
Um dia fomos ali
Com nossa índia camba
De longos cabelos, fortes e escuros.
Um dia ali fomos, em Lima,
Quando éramos crianças
E brincávamos em volta
De uma de suas huacas empoeiradas.
O gol era a morte,
Mas isto ainda não sabíamos.
E o alvoroço,
A mesma alegria de agora. Escura alegria.
Sem pôr as mãos sobre a roca dura
Nem os olhos fechados sobre a fria pedra.

II

Pertencemos a uma família tão antiga
Como a dos primeiros homens da planura
Ainda que na montanha também encontram
Nossas cinzas.
Fazer o amor sobre minha camba
É como penetrar dentro de um muro.
Como fazer o amor a uma rosa negra.
Samaypata é a fêmea
Escondida entre a folhagem
Pernas e quadris de mulher.
E tetinhas de cadela.
Assim era aquela escura moça.

E a pinga vira couro.
Por continuar caído sobre a pedra.
E os dentes teus saltam demais e os braços
Para melhor mordê-la e abraçá-la.
E as panturrilhas ficam como borracha
Para te impulsar
E ir conhecendo a arte de morrer em Samaypata.
Sem respirar a pedra nem lamber a roca dura
Nem jazer de bruços no fundo do abismo.

III

O regresso desde Samaypata
Me trouxe aqui.
Que não é Samaypata, isso está claro.
Que não sou eu, também.
Que não é ninguém, talvez. Senão sozinho
Certa miragem de luzes e altos edifícios
Sobre a paciente erva.

IV

Um mandar pode ser
Qualquer bocado.
Por isso escreves apesar
De teu sentimento impuro.
Não há um lugar nem um tempo
Ideal. Por isso
Aproximas tua cabeça
Ao abismo do papel.
Samaypata há deixado

Um largo rastro de estrelas.
De aglomeradas estrelas de morte.
Meia hora menos dura
E o caminho de volta ao plano.
A investida do calor
De Santa Cruz de La Sierra.
Ao assalto do frio de Boston.
Mesmo que por agora vivas
Dentro do avião de tuas lembranças.
E o fato próximo futuro
Seja o de tua própria extinção.
Quiçá em Samaypata.
Quiçá tocando a louça mesma
Daquelas esplêndidas estrelas.
Com nossa gota de sombra confundida
E feliz entre tantas outras sombras.
Mas isto não sabes ainda. E por isso escreves
Com tua solidão impura.
Pela metade sozinha. Acompanhada
Pela metade
Não há um lugar nem um tempo
Ideal.

http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/wp-content/uploads/sites/97/2020/08/Samaypata.pdf



 

jueves, 5 de enero de 2023

PERUGUAYENSIS (Primicia)

 

*

En algún lugar de mi mente el sol es una bestia engrilletada, el firmamento un campo de batalla en donde hemos perdido sin piedad. (James Quiroz)

**

Non venimos a este mundo

para ficar reclamando de todo

com uma feroz kara de kulo

y después morir de tédio

entre hermosos arboles gigantes llenos de cigarra (Douglas Diegues)

***

Perú y Paraguay tienen absolutamente todo en común, un mismo Amaru (serpiente emplumada) repta y aguarda agazapada.  Una serpiente o un Inka.  Así que la alegría está asegurada y, entonces, no se admiten poemas melancólicos ni aquellos que se quedan paralizados o indecisos incluso ante el horror.  A todos acuchilla sin distingos, Trilce, que no precisa de metáforas (aquí a discreción y con notables aciertos); sino, más bien, de una cierta actitud.  Como que la hormiga regresa indefectible a su hoyo; como que las poetas y los poetas envejecen, también, pero no la poesía.  Cuando ésta, sobre todo, está escrita por animales o plantas que semejan humanos o piedras que de un momento a otro se encabritan.  De manera paulatina, aunque cada vez más viva, vamos asumiendo en toda nuestra región (Latinoamérica, dicen) nuestra herencia amerindia; necesariamente simétrica (recortados al rededor de nuestra túnica: búhos, pasto, la noche) y, por lo tanto, no excluyente.  Tampoco folklórica (con tanto que nos gusta bailar el chamamé).  Sino, por el contrario, ávida y aglutinante; prueba de ello, como ejemplo muy reciente, la película The Banshees of Inisherin, la cual se observa mejor desde la mirada de un burrito.  Oxidente dándose cuenta de que el multinaturalismo o perspectiva amerindia va derecho al cementerio de los elefantes.

Antología de poesía paraguayo-peruana, a publicarse este año en Asunción.  Desde una muestra muy significativa, enviada a nosotros por Cristino Bogado (Paranaländer), hemos elaborado el presente papelito. P.G.


TEXTO RELACIONADO:

Chairo con alguna notable poesía boliviana última


jueves, 29 de diciembre de 2022

HUAQUEO (Hacia el 2023)

 


Huacos eróticos

I

Hagan una cerámica

de nuestros cuerpos

los nuevos habitantes

de este país.

Somos nazcas o mochicas

en nuestros movimientos.

Aún no estamos enterrados

continuemos.

II

Sus dientes blanquísimos y apretados

destilan saliva y atrapan

el más tenue rayo de luz.

Y no es como alta montaña,

sino como duna del desierto.

Así han de conservarla en la arcilla.

III

Yo jamás toqué su cabellera

a la hora del amor.

Había de conservar su cuerpo libre

en aquellas primeras algas

que salían brillantes del mar.

IV

Es cierto, sus piernas

son tan densas como el lodo

y su cintura tranquila.

Pero ella sabe excitar

desde sus ojos,

desde la pródiga manera

en que se desnuda.

V

Quizá deberían

ignorar su ternura,

la forma lenta y sabia

como dispone sus miembros

al amor,

la incandescencia en su piel.

Todo aquello será muy difícil

de plasmar.

JUEGO DE MANOS (1984)

 

Camino a Puruchuco

Dos tetas y un pene

a todo lo largo.

Una luz.

Un cometa

en la órbita precisa

de tu vagina.

Así percibo estas ruinas.

Restos del camino incaico

que iba de Pachacamac

a mi alma. A Puruchuco.

Sin más lenguaje

que un improvisado

trabalenguas.

Sin más trámite

que el amor de su mirada.

Mi hermano Germán.

Que no se bañaba

aunque el sol ardiera.

Y no dudaba del amor

pero ni un solo instante.

El eco de un gruñido

y una bala pensativa

que se incrusta

como Alicia

a través del ano.

Lugar privado y maloliente

pero de astros relampagueantes

y de boca en vilo:

por lo absorta y agradecida.

Las palabras son personas concretas.

Jamás metonimias de un sistema

inferido. Ni un sesudo pensamiento.

Diverso, fluyente, encrespado,

jadeante, testarudo

chasqui de pies y brazos

y rostro de bala.

Lívido.

Como mi corazón palpitante

y a la intemperie.

De Amarus (2015)


domingo, 18 de diciembre de 2022

Primicia de “Res”, nuevo poemario

 


Descentrado del todo diluido deslízome

El cuerpo abierto el sexo abierto

Hecho una flor mi pistilo una breve boca

Unos minúsculos labios por donde brota la poesía

Digo la mía ser que llevo ser que soy

Indeterminado como una lechuga

Cuando se observa en detalle

Cientos de capas doscientas de viento

Un par de caracoles nuestras detenidas manos

Si esto es vivir si esto es morir

Qué más nos diera

La misma muerte tendrá su complemento

La mismísima agonía

Su privada fiesta

Llevado en besos arrastrado por el amor

Hecho mil añicos por la dicha

Si no entro ya si no salgo

Si en tallo abierto o en cerrada flor

Si en perfume o en alabanza

Que nos hemos hallado

En esto que no somos

Como el aire mismo

En este y en otro y en ninguno

16/11/2022




miércoles, 16 de noviembre de 2022

A Gal

 


Fora do centro, tudo diluído, deslize para mim

 

Corpo aberto sexo aberto

 

Fiz uma flor meu pistilo uma boca curta

 

Uns poucos lábios minúsculos por onde brota a poesia

 

Digo meu ser que carrego sendo que sou

 

Indeterminado como uma alface

 

Quando você olha de perto

 

Cem camadas duzentos vento

 

Um par de caracóis nossas mãos detidas

 

Se isso é viver, se isso é morrer

 

O que mais ele nos daria?

 

A mesma morte terá seu complemento

 

A própria agonia

 

Sua festa particular

 

Levado em beijos levado pelo amor

 

Quebrado pela felicidade

 

Se eu não entrar agora, se eu não sair

 

Se em caule aberto ou em flor fechada

 

Se em perfume ou em louvor

 

Que encontramos

 

Nisto que não somos

 

Como o próprio ar

 

Neste e no outro e em nenhum

 

©Pedro Granados, 2022



jueves, 10 de noviembre de 2022

Ritmo y postpandemia (PPT)

 


DERROTERO DEL TALLER

Venimos de un largo trayecto, diríamos de unos cuarenta años, como talleristas de poesía a nivel regional; de modo presencial, en Estados Unidos, México, Brasil, Bolivia, Perú, República Dominicana, etc.  Y, de manera virtual y permanente, a través de alguno de nuestros varios blogs; en particular, “Poesía en su tinta”. Por lo tanto, nuestra comunicación tiene mucho de testimonio; lo cual asimismo consta, por ejemplo, en nuestro libro de acceso libre, Escriba sin temor: teoría, metodología y consecuencia de un taller de creación literaria.

Ritmo y postpandemia PPT



martes, 8 de noviembre de 2022

¿Qué nos hacemos con Pedro Granados?

 

                        Ilustración por Oswaldo Sagástegui

Paranaländer [Cristino Bogado] entrevista al poeta y ensayista peruano Pedro Granados, en la cual recuerda su visita a nuestro país en el año del Bicentenario (2011).
  1. Empezaste a publicar a fines de los 80, eso quiere decir que sos (casi) contemporáneo de los poetas del Movimiento Kloaka, aunque las estéticas no coincidan.

Sin motivo aparente, mi primer poemario, es exactamente de 1978; el mismo año que, por ejemplo, también se publican Perro negro y Cactáceas, de Montalbetti y Morales Saravia, respectivamente; y un tanto después de Mate de cedrón (1974), de Vladimir Herrera. Es decir, hay allí una cargada atmósfera neobarroca que viene en el Perú desde muy antiguo (El Lunarejo, Valle y Caviedes, Martín Adán, etc.) que se va a tocar con Hora Zero en los 70 y Kloaka, su continuación coloquial-callejera en los 80. Yo estaba entrambas aguas y, más que con la cabeza, escribía del modo más honesto posible, fiel al corazón; y más atento a los clásicos locales que a mis contemporáneos.

  1. ¿Quiénes eran tus referencias locales e internacionales?

Martín Adán, Whitman, Rilke, la poesía japonesa, Ginsberg, García Lorca, entre otros; aunque más bien veía sólo de reojo a Vallejo, sabía que habría de encontrarme con él luego, algo más curtido o preparado para aquella “rueda saltada de la carreta” (Javier Sologuren dixit).

  1. César Vallejo, el poeta acholado muerto de hambre en París, sigue siendo la referencia central de la poesía actual peruana, ¿no ha surgido en el siglo 21 alguien que lo pueda eclipsar o relevar?

Como Shakespeare o Dante, en estas ligas los críticos lo ubican, no creo se deba eclipsarlo, sino más bien, y como hoy sucede, acentuar su relieve. Lo que pasa es que, por lo común, y en principio causado por la crítica especializada, al Cholo lo han confundido con su llanto; y esto le queda demasiado corto; como dice Julio Ortega: “no le ha torcido el cuello al cisne sólo para hablar de sí mismo”. Vallejo es una cotidiana y universal puesta de sol. Pero mi poesía sí la releva o la ecualiza; sobre todo, obvio, en mis poemas más logrados a lo largo de quince libros ya publicados. Siempre he tenido voluntad de estilo, jamás uno meramente de imitación. Pero, ojo, no constituyo en el Perú (y, ergo, tampoco en América Latina) parte del canon de los indiscutibles. No he merecido este membership. Al principio figuraba en los magazines dominicales y parecía me hubieran puesto en modo propulsión a chorro en cuanto a la difusión local de mi trabajo; pero cada vez mi visibilidad fue menguando porque, en simultáneo, mi crítica (más bien palo) a la institución literaria vigente se fue volviendo áspera o incluso incómoda para ciertos grupos con poder simbólico. Creo que sin perder espontaneidad, tan necesaria para la creación, mi responsabilidad en tanto crítico se fue acentuando cada vez más. Escribo, indistintamente, poesía y ensayo; aunque, asimismo, novela muy breve:Prepucio carmesí (2000), Un chin de amor (2005), En tiempo real (2007), son algunas de ellas.

  1. En 2011 estuviste en Paraguay durante las conmemoraciones por el Bicentenario, ¿qué poetas te llamaron la atención entonces y hoy?

Me deslicé hacia el Paraguay desde Foz do Iguaçu donde trabajé (del 2011 al 2014) como profesor en la UNILA. Aquella triple frontera confrontó y enriqueció, cómo no, mi acervo cultural y sensibilidad andina. Leer la oralidad me encanta tanto como leer la escritura; así que mi experiencia en aquella triple frontera era semejante a ir hoy por hoy (lo hago frecuentemente) a Tacora, el mercado de pulgas más grande del Perú. Me alimento aquí de lengua viva y aprendo filosofía no menos viva. En el Paraguay andaba, aunque no entendía ni una palabra del jopará, como si toda aquella gargando do diabo me fuera familiar. No de otro modo andamos la denominada gente “culta”, en el Perú, frente al quechua o al aymara que ignoramos; ateniéndonos al ritmo, al tono y mucho a nuestra fantasía. En Mar paraguayo, de Wilson Bueno, hallé concentrado toda aquel vasto torrencial de agua (mito, historia, vida cotidiana) en algunas pocas páginas y fue algo que mucho agradecí. De aquella mi visita a Asunción por el Bicentenario recuerdo mucho fervor por la poesía y a varios poetas que escuché; me agradaron, en particular, aquellos que escribían y leían en guaraní.

  1. En el poema “Luzbel”, hablas del poncho de Luzbel de los Andes, ¿a qué creencia alude, acaso de allí viene la expresión “donde el diablo perdió el poncho?

Demonio y Brujo de los Andes aluden a dos personajes históricos distintos. El Demonio era un cruel encomendero español; Brujo le decían a Andrés Avelino Cáceres, héroe peruano de la Guerra con Chile. Ambos desembocan en Luzbel y en su poncho (vestimenta-fetiche exuberante y muy masculina); ergo, el poema abunda en aquellos dos exuberantes personajes, aunque también en algún tipo de heroicidad o, al menos, de indomabilidad.

  1. Participaste en el homenaje de la revista Mar con Soroche de Chile del centenario de “Trilce”, ¿qué te ha parecido esa experiencia?

Hablas de la revista Mar con soroche, que alimenta nuestro amigo Andrés Ajens; homenaje (Sien en Trilce) en el cual participé, en cuanto presidente en funciones, a nombre de Vallejo sin Fronteras Instituto (VASINFIN). La experiencia, y publicación de un dossier con muy buena acogida, muy interesante ya que refleja los matices diversos de la recepción actual de la obra de César Vallejo; fueron 77 colaboradores de acuerdo a los 77 poemas del poemario de 1922. La mayoría optó por el performance, muy pocos por el ensayo tradicional, aunque este debía ser necesariamente breve. Todo lo cual me parece que da una medida de la vitalidad de la obra del peruano. Aunque, claro, subterráneamente la gran mayoría de convidados privilegió, digamos, una lectura o punto de vista posmoderno del asunto: ligero, arbitrario o contingente, lúdico; frente a los que defendemos, aunque parezca escandaloso tratándose de un escritor supuestamente vanguardista, una lectura “correcta” y de raigambre no cosmopolita, sino más bien amerindia de aquel libro. Perspectiva, la de VASINFIN, que alcanza poco a poco mayor atención e interés y se refleja, ahora mismo, incluso en el criterio de la traducción de Trilce al italiano por parte de Lorenzo Mari (Argolibri, 2021). Algunas de estas ideas, y para el contexto de la literatura en portuñol, las hemos expuesto en un ensayo reciente, “César Vallejo en español selvagem y portunhol trasatlántico” (http://sibila.com.br/critica/cesar-vallejo-en-espanol-selvagem-y-portunhol-trasatlantico/13205). En suma, disentir, tener ideas distintas y hasta opuestas me parece un signo de salud y no de muerte; aunque, por cierto, algunas ideas y no otras tengan mayor respaldo de la institución literaria en funciones.

  1. Tu blog http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/ hace cuándo está activo?

Mi blog principal o más viejo tiene ya 15 años, Blog de Pedro Granados; lo hospeda la PUC del Perú, aunque sobre todo por facilidad y comodidad de tener, siendo incluso hoy un neófito de lo digital, oportuno auxilio técnico. Pero me expreso allí a mi aire y trato de hacer un blog hospitalario. Al inicio lo asumí como eso, un blog, luego como un curso gratuito de literatura a distancia, y hoy acaso como mi obra principal; al menos, como la más visible y perdurable que pudiera tener acceso. Por lo general, y solo a posteriori, en poesía no publico allí lo que irá a parar en un libro; es decir, publico en poesía cosas más bien ligeras. Pero debo admitir que me divierte mucho alimentar mi blog, ver la cosa en términos de multimedia y joder un poco a los que van de invencibles. Creo que, si algo en el futuro se estudia de mí, curiosamente será mi blog.

  1. ¿Qué proyectos tienes entre manos?

Actualmente Carlos Llaza, excelente y joven poeta peruano radicado en Escocia, traduce al inglés “Res”, un nuevo poemario. En el terreno del ensayo, trabajo otro libro de César Vallejo, Escalas, cuyo centenario es el próximo año. Y respecto a VASINFIN, este verano debe inagurarse su cede física en Lagunas-Mocupe, departamento de Lambayeque (Perú); y, asimismo, quisiera seguir profundizando la relación de VASINFIN con su parceiro paulista, AME (Arquipélagos Mestiços, do Grupo de Pesquisa “Barroco, Oralidades e Mestiçagem”, COS-PUCSP-Brasil), cuyo director es el investigador y poeta Amálio Pinheiro.

  1. Me gustaría uno de estos viernes de tarde hacer un streaming contigo sobre Trilce y su centenario, ya que tú has escrito sobre Vallejo.

De acuerdo y encantado.

  1. ¿Cuál es tu actividad en Perú, sos uno de los pocos que no ha emigrado del país para realizar una actividad académica?

Soy ahora mismo un investigador independiente; luego de la UNILA (Brasil), mi trabajo formal y a tiempo completo fue, hasta antes de la pandemia, por un par de años en la UNMSM. Pero sí emigré, como tantos otros de mi generación, y viví fuera del Perú por más de quince años, sobre todo en USA donde obtuve un doctorado en letras en Boston University; también conozco bastante bien España y, mucho mejor todavía, la República Dominicana. Muy probablemente sea, de los no nativos de aquella media isla, uno de los que más a estudiado y divulgado su poesía actual. Ahora mismo moro en la Horrible.

https://eltrueno.com.py/2022/11/07/interviu-con-el-poeta-pedro-granados/

ARTÍCULO RELACIONADO:

Muy pocas aventuras personales -auténticamente fervorosas o creadoramente autistas- hubo en el paso de los poetas del setenta hacia el ochenta. En esta última década se consolidaron o tornaron como oficiales, por un lado, grupos más bien altamente retorizados -verbigracia, Kloaka- influidos aún por el lenguaje marginal-contestatario de Hora Zero; o, por otro lado, individuos que representaron con sus versos canónicos a las instituciones más conservadoras de aquella coyuntura histórico-política-cultural. En todo este contexto, creemos, y por eso la estudiamos, la poesía de Pedro Granados fue y es, incluso hasta ahora mismo, un gesto de estilo incomprendido, pero no por ello quizá menos asimilado en secreto, particularmente por los otros poetas de su generación. La palabra de Granados refulge viva y joven hoy más que nunca; ha sabido no envejecer prematuramente como las de algunos de los poetas del 60, muchas de los del 70 y casi todas entre las de su propia promoción.

Si los avatares de la poesía son lo que dice de ésta la crítica, o lo que calla, de ambos tiene la poesía de Pedro Granados. Aunque llame curiosamente la atención, más bien, el ninguneo de su poesía en el Perú en estos últimos años; hecho -creemos escandaloso- que va siendo percibido ahora mismo por una nueva promoción de críticos peruanos y, por qué no, paulatinamente va siendo reparado. Entre estos últimos lectores quizá el ejemplo más significativo sea el de José Falconí quien, en su artículo “Pedro Granados: la solitaria búsqueda de las definiciones” (Agulha, Octubre 2000), enfatiza:

“Para la mayoría de los acusiosos antologadores e historiadores de la poesía peruana -quienes se dedican, cada cierto tiempo, a recopilar y publicar el canon definitivo de la rica tradición literaria del Perú-, la poesía de Pedro Granados (Lima, 1955) ha sido un enigma que hasta ahora no han podido descifrar. Quizá sea ese el motivo por el cual las muestras de la obra de este poeta limeño se encuentran recogidas en muy pocas de las antologías que detentan el sospechoso título de “oficiales” en el Perú y es, de entre sus contemporáneos, uno de los poetas menos conocidos dentro del circuito literario de Lima. A decir verdad, y a pesar de correr el riesgo de caer en el clich, pareciera que Granados es más conocido fuera que dentro de su propia patria. Y es que en Granados, los parámetros que siempre se han utilizado para categorizar en el Perú a nuevos poetas no se mantienen: no pertenece a una generación poética, su poesía no puede ser considerada ni pura ni social, ni tampoco responde totalmente a la corriente conversacionalista o a la académica etc.”

Tardíos setenta: el caso de la poesía de Pedro Granados/ Gaspare Alagna