miércoles, 27 de noviembre de 2024
“Dibujos animados”: Pablo Salazar Calderón
domingo, 24 de noviembre de 2024
Piedad-Política-Poesía
A veces dedicarse a la poesía, a su cultivo y comentario, tiene asimismo estos retos; en lo básico, toparnos con gente que aduce confirmarla o celebrarla sin tener la más puta idea de lo que hace; o, peor todavía, si lo hace adrede. En general, España se ha tornado –bueno, desde hace por lo menos medio siglo– auto complaciente y ridícula con lo que ignora; inmune a la poesía, se atiene a los periódicos, y lo que mande la prensa (rosa o amarilla) eso se hace. Los tiempos son duros no únicamente para los que nos jugamos la vida con el solo hecho de salir a la calle (Lima, por ejemplo), o para los que con muy poco dinero deben arreglarse —diariamente– con el alivio básico de comer, sino también para aquellos iniciados en la necesidad cotidiana de la poesía. No nos ponemos el bonete. P.G.
martes, 5 de noviembre de 2024
[Un niño en calzas de lana por la calle]
Un niño en calzas de lana por la calle
Piernas cortas abrigadas por tal fibra
Hace tiempo que no se baña que no lo bañan
No guarda memoria
Textura y temperatura que decidirán
Lo que el mundo de arriba sea
Su camisa su chaqueta su cubretodo
Lo cual constituye todo lo que se ve
Sus genitales allí se han desarrollado
Así como su poesía
Escrita siempre desde abajo de su ser
Constante e invencible ante la intemperie
Un niño solo y curioso y perdido en el Perú
©Pedro Granados 2024
martes, 15 de octubre de 2024
Dormir o escribir el poema
Sobre el desierto erguida la página
Que aún no escribimos
El sagrado corazón que todavía no hollamos
La poesía o el sueño
No guardan parangón
Constituyen cosas muy distintas
Aunque para el surrealismo
Fueran bebedizo semejante
O todo es sueño o todo es realidad
El sueño al sueño
La realidad, el ángel
Que guiara al poeta del manicomio
© Pedro Granados, 2023
jueves, 10 de octubre de 2024
TALLERES DE MEMORIA INVOLUNTARIA
Según Didi-Huberman:
La imagen a menudo tiene más de memoria y más de porvenir que el ser que la mira.
Estamos ante un tiempo que no es el tiempo de las fechas [más bien] es la memoria lo que el historiador convoca e interroga, no exactamente el pasado.
Así como Aby Warburg, se define a sí mismo como “psico-historiador”, Walter Benjamin comprendió que no había historia posible sin teorías del “inconsciente colectivo”: las supervivencias exigen del historiador [en tanto “trapero” o cachinero] algo así como una interpretación de los sueños. Se comprende que hace falta ampliar, abrir la historia a nuevos modelos de temporalidad.
El modelo dialéctico –en el sentido no hegeliano que le da aquí Benjamin– debe hacernos renunciar a toda historia orientada: no hay una “línea de progreso” sino series omnidireccionales, rizomas de bifurcaciones donde, en cada objeto del pasado, chocan lo que Benjamin llama su “historia anterior” y su “historia ulterior”.
El caleidoscopio, en Benjamin, es un paradigma, un modelo teórico. Significativamente, surge en los contextos donde es interrogada la estructura del tiempo [entre ésta, el escribir una biografía; por ejemplo, la de César Vallejo].
[NUESTRO TALLER] ¿Cómo realiza la lengua la conjunción entre los fragmentos erráticos y el principio constructivo? Otorgándose un ritmo: consagrándose al tiempo. Sólo una musicalidad –temas con contra-temas, medidas con desmesuras, tempi con polirritmos, timbres con texturas– permite introducir en el saber del observador el anacronismo de su objeto. Esto supone correr riesgos en el modo mismo de escribir la historia: allí todavía los niños y los músicos serán reyes. “Todos los golpes decisivos son producidos al jugar” [W. Benjamin, Dirección única, Alfaguara, Madrid, 1987].
[Es preciso o deseable] que transformemos nosotros mismos nuestro concepto espontáneo de antropomorfismo, es decir, nuestra idea usual de la relación entre “forma” y “humanidad”. Georges Didi-Huberman, Ante el tiempo.
(Talleres presenciales o virtuales: poesía, relato, ensayo, diseño, traducción intersemiótica)
Informes; vasinfin@gmail.com
http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2024/10/10/talleres-de-memoria-involuntaria/
lunes, 30 de septiembre de 2024
POEMAS EN SIMETRÍA (SUMARIA ANTOLOGÍA PERSONAL)
El mirador de lobos
I
Los lobos marinos
alzaron su canto
solicitando amor al cielo;
sólo Venus los escuchó
y la luna brilla desde entonces
en sus hocicos.
II
Entre las rocas,
en los acantilados y farallones
donde el aire es fresco silencio
y el deseo no tiene límites;
donde el mar no es una encrucijada sino
fugitivos cangrejos
o pulposas estrellas;
los lobos marinos muerden en el agua
igual que en sus compañeras,
y encuentran los mismos peces.
Jamás hubo secretos para ellos.
III
Por las tardes,
el sol despoja sus pétalos más íntimos
sobre las aves;
el mar se despeina en los farallones
y las familias de lobos
se desprenden de las rocas.
Cuando la orilla inclina el mar
a la ciudad.
Juego de manos (Lima: Los Reyes Rojos, 1984)
[Estamos pensando]
Estamos pensando. Bola de fuego.
Bolo de fuego.
Red. Honda. Veneno.
Manos abiertas.
Estamos pensando. Aquí
en Santa Cruz de la Sierra.
Vapor. Señales de humo. Raíces.
Sin corazón estamos pensando.
Sin precisamente reflexión.
Sólo con el acorde
de algunos recuerdos. Porque eso somos.
Sólo con esa masa de objetos
sobre la superficie del río. Entreverados.
Separados. Disueltos. ¿Quién sabe?
Sólo con ese rumor y ese olor
que cubren el aire. Que instalan
como volutas sobre el río: Pensamientos.
Estamos pensando con un fino cedazo.
Entre branquia y branquia del pensamiento
una tela muy fina. Holandas
para lo visible y lo invisible. Cariño.
Estamos pensando con amor. Este es el secreto.
Esto es lo ignoto para todos los días.
Pensar con amor.
Y así el peje y la salamandra y el martillo
algo tendrán en común por el solo hecho
de haber sido expresados.
La esperanza también y las hojas de la palmera
algo tendrán en común.
El corazón y la escritura (Lima: Banco Central de Reserva del Perú, 1996)
MIQUE
I
Un juguete de perro consiste
En un exo-esqueleto de plástico
Y un redondo blader por corazón
No he confiado nada más
Que en ti
Pero cómo no decir no creer
No estar agradecido
Si me muero hoy mismo
De qué doy testimonio
De que ella existe de que ella es bella
De que ella no te traiciona
II
Un gorrión sale de entre el agujero
De una rata
Y mi amor desde un lugar hosco
Un pasadizo compacto
De atemorizados o de indiferentes
Un amor que jamás fue ciego
Porque te abrió los párpados
Como a la fuerza ella misma
Y te obligó a que miraras
Por sobre el fango la piedra el dolor
Por sobre la indiferencia más compacta
III
Amo la poesía
Me hinco de bruces
Junto las manos y me persigno
Eso he aprendido
O a aquello la relaciono
Como un infante como un incivil
Con sus dos centímetros de frente
Aunque Mique mi perro
Mejor agradece con toda la cadera
Las orejas las patas en fin
Con todo su joven y brioso cuerpo
Porque la poesía ha venido
Porque su dueño ha regresado
IV
El oro solo brilla al sol
Aunque en la oscuridad
Tiene un destello
De corneas de reptil
O de mirada de madre ya fallecida
Siempre pensé
Que tenía que nacer de nuevo
Deslizarme y resbalar otra vez
Por eso no entiendo por eso no acepto
Una poesía que invite al callejón sin salidas
Al unidimensional sonido de latón
De la ironía
Acertó Rilke, el beato; acertó Kafka, el místico;
Acertó Vallejo, el inca sumergido; acertó Emily
Y también Amy, a la que ahora mismo escucho
Con deleite
La poesía existe. Absolutamente transcultural
E intergaláctica. Y multi-temporal.
Un pollito que resbala
Entre tus dedos desconcertados.
Roxosol (Arequipa, Perú: Cascahuesos editores, 2018)
viernes, 23 de agosto de 2024
CALIGRAFíAS (1994)
1
Acercarse al papel
como un anónimo calígrafo.
Con trazos rápidos
ir dejando en los espacios en blanco
tu alma.
El resto. La tinta
que hormiguea al sol
–lo oscuro multitudinario–
dejarlo para contraste
con tu alma
Soledad y compañía,
quietud y movimiento.
Pasos marcados y acumulados
sobre una fina superficie de sal.
Tu misma mirada
estrellándose
contra la página
en la lectura.
Algo que no es la arena sola
ni únicamente el mar. La playa.
2
Una raya vertical
es suficiente.
Una raya oscura y constante.
Ni pensar ni sentir ni actuar.
Sólo dejar fluir esa raya.
Sólo dejar esa puerta entreabierta.
Sólo fluir y fluir
hasta que el trazo sin interrupciones
seas tú mismo sin interrupciones.
Sólo dejar esa vena a su antojo.
Sólo dejarla correr y desdibujarte.
3
Hacer volar el papel arriba
como un naipe,
y en su descenso escribir sobre él
a vuelamano.
Con la convicción de que no faltan
ninguna de las letras del alfabeto.
Y mucho menos aquéllas de tu nombre.
4
Así, leves y al mismo tiempo
decididos,
trazar la raya horizontal del horizonte.
Interrumpidos, acaso,
por un levísimo resplandor.
Por una díscola palabra detenidos.
5
Imitar esa rama
olvidada de sí
con la tinta del paisaje.
© Pedro Granados
Luego de 30 años, al presente, y un tanto como todo lo que voy escribiendo-pensando ahora mismo, se me ocurre que en “Caligrafías” (poema no publicado en libro) incorpora y traba varios intereses que en mi trabajo vienen desde 1994 o incluso antes. Entre ello, por ejemplo, cierto ejercicio de automatismo (y su impronta freudiana o no), la gravitación de la mirada (y el ser mirado), la escritura (la poesía) como un espacio liminar vinculado a nuestra propia identidad, la certeza en la poesía, la memoria en tanto presente, la recurrencia en aquel espacio del “resplandor” o del Sol, la naturaleza que –a la larga– es la que toma la iniciativa y nos incluye en ella (gesto posantropocéntrico). P.G.