martes, 19 de julio de 2022

MUROS ATRÁS

 


[Un muro de cerca]

Un muro de cerca. Porosidad.

Textura. Muchedumbre. Avidez.

Lejos de mis muros, ahora.

Lejos de mi sexualidad de niño

y de adolescente. La delicadeza.

Lejos del consuelo profundo de

cierta promiscuidad con los muros.

Florecidos sentimientos de amor hacia mi madre.

Muros. Juegos con los muros.

Entre los muros.

La historia universal resuelta sobre un muro.

Sin libros.

La turbia locuacidad

de las paredes desnudísimas de mi

infancia. El incomprensible cariño

de los ecos mudos. Los antiecos.

Lucho no sale a jugar, está haciendo

sus tareas. Frente a la casa de Angélica

ni preguntar. Y yo jugando vanamente

con una pelota de jebe

contra los muros. Botes.

Todas las cosas lejanas y cercanas.

Todas las cosas entreveradas

simultáneamente.

Arena. Espinas. Altorrelieves.

Todas las cosas imantadas allí.

Caras. Olores. Nubes.

Todas las cosas delicadas allí.

Tiernamente adheridas. Labios.

El corazón y la escritura (1996)

 

[Sobre el cemento fresco]

Sobre el cemento fresco

del mudo mar de mi ciudad

–entre los tristes botes

del muelle de pescadores–

echo mis redes. Desanudadas

mis preguntas

son unos desechos más

sobre la imantada superficie.

Sombras efímeras

mis anhelos.

Quiero morir. Morir.

Ponerme al día,

como dijo alguna vez de viejo

mi cansado padre.

Quiero morir

y hacer todo de nuevo.

(Inédito, escrito probablemente en 1987)

 

[Pasé el muro]

Para Rosario

Pasé el muro

Vuelvo a él y lo atisbo

Viejas serpientes levantadas

Sobre la piel de la piedra

Serpientes después del barro

El fuego el amor

El descuartizamiento

Juguetes de la infancia

Que abren sus ojos

Mientras atónitos

Los integrábamos

Nos integraban

A sus juegos

Aquellos del gozo

De la más sencilla

Y cotidiana eternidad

Vuelvo pues a mí mismo

Al olvido

A la muerte de mí mismo

Con el rabillo del ojo

Más bien lo oteo

Entre el fango

Entre la piedra

Entre las sobras de mi corazón

Todavía erguido

(Inédito)