sábado, 22 de febrero de 2025
jueves, 20 de febrero de 2025
La peruchada literaria
No nos queda otra cosa que hacernos los cojudos
Mirar y no mirar
Escuchar y no escuchar
Como si un parpadeo nos liberara
Del absurdo de nuestras existencias
Y de nuestras opciones literarias
Gustos y vidas como divorciados
Algún momento que en nuestra “cuidada” educación
Nos traspapelamos perdimos el balón
Se esfumó el ovillo de nuestra propia madeja
No nos educaron para estar en el Perú
Y por ende en ningún otro lugar de la tierra
Que ambas cosas conviven en una sola vaina
Un único edificio con varias puertas
De briosas entradas y titubeantes salidas
La micro política en el Perú es suicida
Porque es de profunda vocación colonial
Y es micro también porque es mezquina
Y muy bruta aunque con su suspiro de limeña
El humo desde aquella parrilla de anticuchos
O este instante tan poéticamente efervescente
Caben dentro de una servilleta
Hasta que alguien nos enseñe a respirar
Hasta que con alguien aprendamos a amar
Al margen de los intereses de nuestro estrecho círculo
Desconfiada anuente y tan pendeja familia
© Pedro Granados, 2025
sábado, 15 de febrero de 2025
[Forma de la poesía peruana]
Forma de la poesía peruana
El zorro de arriba y el zorro de abajo
Lo cual es equivalente a decir
Cierto momento del crepúsculo
Una cabeza con el agua hasta la cintura
Dos mil quinientos años por lo menos
Antes que Trilce (Inkarrí) o La tortuga ecuestre (Naylamp)
Y muy anterior a la obra del mismo José María Arguedas
Un instante de equilibrio o de balance
Una boca engullendo su propia cola
Tan sólo un minuto de acuerdo
Y el modo lúcido: el encuentro de lo binario
O la esquizofrenia: gato debajo de su silla
Las tímidas telas vespertinas de Eguren
Ante la serpiente cabal o el mismísimo horizonte
Límite ubicuo y tan humano como nuestro límite
Constancia de aquel efímero y cotidiano equilibrio
Cabeza – boca – fauces – larguísima lengua viperina
©Pedro Granados, 2025
martes, 4 de febrero de 2025
Retorno a la fábula/ ¿Alonso Cueto?
“[Pedro Granados] Se distingue de varios de los otros jóvenes –pienso en Escribano, Mazzotti, Chirinos, Ollé, etc.– por su a veces efectivo retorno a la fábula, la alegoría y la metáfora, recursos casi ausentes en la poesía joven, que confunde el renglón con el verso”
[¿Firmado por Alonso Cueto, uno de los usuales críticos de la sección “Apuntes”?]
Dominical. Suplemento de El Comercio, Lima, 12 de junio de 1983, pag.15
Director: Francisco Miró Quesada Cantuarias
Papelito encontrado hace poco en mi archivo. P.G.
martes, 28 de enero de 2025
No soy cristiano
No soy cristiano
No soy judío
No soy musulmán
Tampoco budista
Ni hinduista
Ni de aquella religión por venir
Soy un devoto de la poesía
Según Adán de la Fuente
Orgasmo de Dios
Hecho para cisma
©
Pedro Granados, 2025
lunes, 20 de enero de 2025
POESÍA 1978 – 2018 (COLOFÓN)
Respecto de En la estratósfera con animales imagino que, un tanto al modo de Pound o de Eliot, y no menos de César Vallejo, me he orientado por lo siguiente:
Cualquier obra de arte es una mezcla de libertad y orden. Es perfectamente evidente que el arte oscila entre el caos, por un lado, y la pura mecánica, por otro. Una insistencia pedante en el detalle tiende a excluir la forma esencial. Si se mantiene con firmeza la forma esencial se hace posible una libertad en los detalles (Ezra Pound); El arte es una evasión de posiciones fijadas; una oportuna evasión de una norma… (T.S.Eliot); la técnica: pone siempre al desnudo lo que, en realidad, somos y adónde vamos (César Vallejo).
Digo un tanto porque, por otro lado, el mito en mi poesía no se halla pasteurizado, tal como sí sucede en Pound; también, aunque en apariencia luzca lo contrario, en Whitman (“maestro de atletas” y trashumante “hobo”) e incluso –alguien tan “cerebral” como Pund– en el autor de Altazor. Altazor que apostaría por la paulatina descorporeización (metafísica occidental); mientras Vallejo lo haría exactamente por lo opuesto: la inclusión de todos los cuerpos posibles (metafísica amerindia o multinaturalismo). Pound y Huidobro encandilados y casuales ante el chorro de sus propias imágenes “automáticas” (Imaginismo). Pienso en un Huidobro en tanto intersección entre Whitman y Pound. Por otro lado, concuerdo en lo que Paz piensa de Eliot: arte del palimpsesto de la tradición occidental o clásica. Por lo tanto, hallamos también aquí al mito ya fallecido, aunque se nos muestren unas buenas imágenes en transparencia o un sugestivo video de ello; y, en realidad, únicamente nos quede un repertorio con las citas o las huellas del original. De modo análogo, en Pound, Whitman, Huidobro, Eliot y el propio Octavio Paz, sólo nos queda una honesta voluntad de aura y de estilo.
¿Qué significa aquello de que compruebo que en mi poesía el mito no se halla pasteurizado? Que éste se da en bruto y está vivo; aunque no sea explícito o didáctico ni tampoco, sería algo execrable, meramente decorativo. Es decir, el mito es acólito de sí mismo y crea archipiélago; aglutina, tal un real y activo agente, comunidad. En suma, no intenta desatar sólo alguna particular emoción, sensual o política, sino que ambiciona constituirse, asimismo, en un mediador conceptual amerindio averseas y transversal a cualquier lengua. En la estratósfera con animales, finalmente, induciría una manera correcta y reparadora en su recepción. Una lectura, semejante también a Trilce, y aunque resulte paradójico tratándose aquel poemario de 1922 de un texto de “vanguardia”, más feliz que otras; evado, adrede, los términos: “adecuada” o “pertinente”. Justo en este sentido, Vallejo no será Whitman, no intentará corroborar en su poesía las ideas de Rousseau; ni será Pound porque la energía del “Cholo” no es sólo para iniciados; es decir, más bien lo acerca que lo aleja de la gente. Tampoco será Eliot porque frente a la poesía a la cual el autor norteamericano rinde culto, Vallejo de tanto ser poeta dejó de serlo. Mucho menos, Vallejo es algún “pequeño Dios”. Ni siquiera Emerson quien, a la larga como Descartes, escinde pensamiento (cultura) de cuerpo. Vallejo es un poeta sin membership. Siendo el club de Pound, como sabemos, mucho más excluisivo que incluso los 100 de Harold Bloom. P.G.
sábado, 18 de enero de 2025
EN LA ESTRATÓSFERA CON ANIMALES. POESÍA 1978 - 2018
Faltan todavía algunos años para celebrar mis cincuenta calendarios en esto de la poesía, Sin motivo aparente (1978); pero hoy deseo revelarles el lema que figura como portada de todo mis versos: “En la estratósfera con animales”. Llegó, de manera impensada, poco después de una reunión en El Queirolo de Pueblo Libre con mis ex condiscípulos de promoción del colegio. A ellos ya les agradecí por tan grato momento, pero ahora debo dar gracias también, de modo explícito, a la poesía porque aquel lema es el que siempre me moló, pero no lo encontraba o todavía no sopesaba lo suficiente en ello.
Si le ponemos atención, aquel lema implica varios niveles de lectura. El más allá no alude al cielo, sino tan sólo a la estratósfera; y que los animales, nosotros incluidos, son asimismo los planetas y los astros. Es decir, sin alienar al conjunto su radical animalidad, instinto, imprevisibilidad, mutabilidad tan particularmente tornasolada en aquel espacio abierto.
Agradezco a la poesía, más potente que tocar una quena dentro del cráneo de una calavera (mi padre y su grupo lo hacían, en Huaraz, cuando muchachos). Agradezco a los seres inocentes, todos, que me han acompañado entre lo cotidiano y algún “tempo solto” (auténtico hallazgo de Amálio Pinheiro) que de vez en cuando ha venido a aderezar la vida de todos los días. Somos inocentes porque nos morimos y somos valientes ya que, de modo rutinario, nos enfrentamos a la soledad de la muerte (antes, a la de nacer). Somos inocentes porque todo esto no es más que una humorada; y no una estafa, tal como dijo antes de morirse mi amigo mago Rafael Soto Vergés, además gaditano y poeta, por si no bastara con ser mago. Cómo no va a ser una humorada, querido Rafael, si velamos a diario y meticulosamente nuestras armas de ranas asesinas siendo apenas unos frágiles seres de sangre caliente.
Me gusta pensar, más bien poner en práctica, y a capricho, que el universo cabe en una mano. O que uno por la emoción puede también expandirse y viajar y tocar el corazón de todos y cada uno con el índice de la otra mano. Dedico y dejo mi poesía para Rosario, avispas semejantes, a punto de picar sin compasión a aquella recién acaserada estrella. P.G.