sábado, 2 de febrero de 2019

Martín Adán – Pedro Granados

Poemas entregados por mí, para Martín Adán, a través de Juan Mejía Baca en su ya desaparecida librería de la calle Azángaro (centro de Lima).  Corría el año 1977, predominio casi absoluto en la institución literaria peruana (prensa, docencia, publicaciones, investigaciones académicas, pláticas, etc.), por un lado, del grupo Hora Zero; y, por el otro, de la figura incuestionada ni incustionable de Antonio Cisneros.  El público era básicamente universitario; más popular el horazeriano; más miraflorino el de Cisneros.  Suicidio de Luis Hernández Camarero.  Y, al menos en Lima, gesta de otras propuestas poéticas y políticas epigonales, aunque con voluntad de independencia o de estilo, respecto de aquellas otras dos; en lo fundamental: el grupo Kloaka (UNMSM, fundamentalmente) y Mario Montalbetti (PUCP).  Que es como decir la distancia, si no la diferencia, que existe entre el parque Ramón Castilla de Lince y el Olivar de San Isidro; barrios limítrofes, ambos, pero…
Son estas las circunstancias en que busco me lea algún otro que no fueran mi hermano Germán o mi mamá o algunos de mis amigos o de mis profes de literatura; y se me ocurre buscar al Poeta.  Releyendo estos textos identifico el motivo-prosodia que los caracterizaban.  Ni ego ni real politik; y sí, desde un inicio, pasión por la realidad de la poesía.
Porque eres agua furiosa
I
Porque eres agua furiosa
sin memoria
sin nombre
y porque el dominio del tiempo se deshace
a tus olas
se desnudan mis sentidos
Poesía
y se hace la intuición.
Esta que recuerdas
haciendo minutos,
silbando fuerte en tu marea,
llamándote:
nieve
burbuja
musaraña
cielo despeñado
noche.
Esta que palidece por el esfuerzo,
se reintegra a mis sentidos
y no es más que latencia y unas cuantas grafías
arrancadas
al bullicio de tus olas…
II
Y sabes, ahora sí, que estas arenas
se van con tus cabellos,
con algún horizonte de tu cuerpo
de un brillo
a esculpir tus dominios.
Ya no sabrás sólo del ir y del venir
del silencio rocoso
de tu espuma;
sabrás, ahora, que un poeta nace,
tejido,
al recuerdo de la infancia
o al recuerdo de tus asaltos.
Porque la vida la concebiste tú por mí
con la sal de tus subidas que abruman
a este impertinente
que acoge en sus arenas
tu marea.
III
Si tú convivieras conmigo
ya no sería, si no,
tus circunstancias.
Tus rumores en el tiempo.
Tu instante de ola y tu caída.
Si yo me confundiera contigo
en la vanguardia de mi arena y tu extravío,
de mar, que no cesa de entregarse;
si yo de roca emergida…
sumergiendo
apartar la bruma
branquear tu paciencia, tu arrebato…
¡Oh Pasión!, así como vienes
y en silencio.
SIN MOTIVO APARENTE (Lima: Cuadernos del Hipocampo, 1978)

jueves, 17 de enero de 2019

[Un amaru tiene hambre]

Un amaru tiene hambre
Hambre de carne y alma
Y chispa de vivir
Un amaru ciego
Por sí mismo
Y por el mito ciego
Por la palabra
Que ahora urde
Con la L de su cuerno
Y la breve cola de su a
Un amaru lento
Prieto de tanto cariño
Aturdido de  inocencia
Que  pica cornea muerde
Este resto de humanidad
Que quiere vivir
Vivir y no morir entre
Ser profesor y  hombre
Entre ser  viejo y escolarizado
Entre aquel  que cruza esta avenida
Y  aquella otra
Más valdría irnos con nuestra  negra
De culo de paraguas
Y de ágiles manos de hilandera
¡Pero hombre, deja ya de joder!
Cilios asomando por  nuestras orejas
y entre el resuello de nuestras narices
El amaru o el hombre o nosotros  mismos
Cómo podríamos  distinguirlos
Un  guiso común nos atrae
Semejantes  aromas  perseguimos
Una  posada que no es de este mundo
Sino de otro apenas sumergido
Sino de otro muy mal camuflado
Prohibido obsceno pecaminoso
Desde que el pecado es en este mundo
Violar una regla de urbanidad
Mis muelas crueles mis apéndices sexuales
Mi veneno espeso mi pezuña espumante
No  irrumpen en vano
Ni  amortajan todavía
El cadáver que soy
Los cadáveres  que somos

(Inédito)
Poemario relacionado:

jueves, 29 de noviembre de 2018

Chat peruano II

Ustedes no me llegan ni al pincho
Lenguaraces poetas de feria
El que no ha leído mi poesía, que se joda
Los andinos queremos sentirnos del cono sur
Y militar en la nada a lo que dé lugar
Lo mismo los poetas brasileños
Aunque hallemos multinaturalistas excepciones
La nada es un dolor de estómago vacío, nada más
Y una tenaz negación a no lavar los platos
Porque aquello desde niños lo hizo nuestra mamá
La nada no existe durante un partido de fútbol
Ni ante un crepúsculo
Si previamente
No nos han lavado el coco los libros
Ni nos guiamos únicamente por conceptos
La poesía es el flash no el daguerrotipo
La poesía, una persecución donde tú eres la víctima
El perseguido
Aunque intentes parapetarte contra ello
Con  argumentaciones y mucho más con poemas
Un gasto exorbitante de tiempo, no de cultura
La poesía nunca es el poema

martes, 13 de noviembre de 2018

Chat peruano


Me quedé solo entre un mar de mediocres y cobardes
-Eres un apestado, me dice Fredy
De visita en esta isla de monologantes
Este recodo olvidado del archipiélago
Si no tuviera fe si no tuviera amor
Si no te tuviera
Hace rato que hubiera dado con mis restos
En la huaca más próxima a mi domicilio
Pensar en el Perú es imposible
Porque aquí todo el mundo sólo
Quiere tener la razón
Algo se quebró en la placenta misma
De todos los peruanos
Una vocación común de huele pedos
Huevas y mojones
Es difícil encontrar un ser vivo que ya se haya graduado
Salvo por colosal accidente de la naturaleza
Por ciego empuje del desamor
Por  soledad letal
O por unos ojos donde dios directamente nos habita
Perú, excepcional agonizante
De  un lado los mineros
Del otro, la masa de esclavos (Simón Bolivar dixit)
Unos ojos donde dios directamente nos habita
Si no, más bien, unos polvorientos desechos
Una ropas estrujadas por el tiempo por la nada
Por lo invisible por el alma
Que tenaces  se han ido tragando
Casi ya el total de  nuestro miserable  cuerpo

martes, 6 de noviembre de 2018

Roxosol: a vocação da poesia/ Bruno Eliezer Melo Martins

Pedro Granados completa 40 anos dedicados à poesia, ativado e mais firme do que nunca em sua labuta poética e marginalmente verdadeira. Publicou este ano, em Lima, no Peru, uma edição bilíngue (espanhol e português) o livro Roxosol, com tradução para o português de Amálio Pinheiro e apresentação de Julio Ortega e saiu pelo editorial Cascahuesos. Para aqueles que se perguntam que palavra é essa que nomeia o livro é uma junção, mirada num presságio fantasmagórico de três sóis de cores distintas: amarelo, roxo e azul: Roxosol. E a capa comemorativa é da artista plástica colombiana Bibiana Vélez Cobo.
Algumas notas da leitura do livro são brevemente necessárias, uma tentação para a leitura ou talvez apenas uma tentativa de homenagem. Dedicar-se à poesia é uma vocação e sua maior recompensa poderia ser uma espécie de sobrevivência em radical esquecimento em um de seus poemas de Roxosol. A radicalidade da poesia pedrogranadiana se estende na absoluta liberdade de sua sintaxe intima e revive em um fio que nas palavras de Julio Ortega nos concede verdade e piedade.
Granados cria para si uma religião e gravita sobre ela como dom da poesia, a quem sempre clama por sua presença. Transforma-a em uma entidade e seus poemas são preces e rezas, alguns tão convulsivos que chegam a criar uma língua, como se tivesse o dom bíblico das línguas estranhas. Contudo o que centra seus cânticos de louvor é a poesia, por ela o poeta vibra, pede intercessão e notamos que a maior dádiva é o comparecimento poético encarnado em papel, prensa e leitura. Quando a presença poética se manifesta somos conduzidos ao oásis e as palavras são gestos e carícias, ler sua poesia é performar com o coração nas mãos.
Notamos o diálogo do poeta com uma sóbria poesia-entidade, com ela estabelece uma mágica consonância simbólica, cada poema é recriado num princípio de verbos desafiantes e em libidinosa língua. A tradução de Amálio Pinheiro consegue transformar os peruanismos em expressões assentadas na estranheza que enriquecem a língua portuguesa falada e escrita no Brasil. Expressões intraduzíveis encrustam vocábulos novos em nosso favor. Os poemas produzem uma caudalosa espiral durante a leitura, é preciso dançar com a língua nos dentes e encontrar na malemolência do ritmo o intruso poético que penetra na idade madura e nos convida ao espetáculo de um céu e três sois.