domingo, 1 de abril de 2018

[Todo se va cumpliendo]


Todo se va cumpliendo
Paulatina y misteriosamente
Esta gota rebalsada
Aquella tu esplendorosa cabellera
Amo la poesía
Y ella también me ama
Como a un hijo o como a un animalito
Atenta a  ambos  consuela
Con ella voy  a morir
No me cabe duda
Incluso  entre las soledades
Y los rigores de la agonía
El grito salvador es sólo suyo
Aunque yo me halle en aquel trance
Sólo imaginando culos
Y chupando tetas
Ninguno  se va a España
Ni piensa en Dios en aquel tramo final
Pero acaso sí lo posea un hipo
Incontenible
Que  estropea todo acto solemne
Incluso el de  nuestra propia partida
Una poderosa voz que hablará por nosotros
Que se pondrá boca a boca contra cualquiera
Que interpondrá su cuerpo
Si  intentan hacernos daño
Para bañarnos con la india desnuda
En chorro
Donde sólo alguna agua nos vea. 


(Poema, en el mes de la poesía,  con ineludibles homenajes)

viernes, 9 de marzo de 2018

[Pasé el muro]


Para Rosario

Pasé el muro
Vuelvo a él y lo atisbo
Viejas serpientes levantadas
Sobre la piel de la piedra
Serpientes después del barro
El fuego el amor
El descuartizamiento
Juguetes de la infancia
Que abren sus ojos
Mientras atónitos
Los integrábamos
Nos integraban
A sus juegos
Aquellos del gozo
De la más sencilla
Y cotidiana eternidad
Vuelvo pues a mí mismo
Al olvido
A la muerte de mí mismo
Con el rabillo del ojo
Más bien lo oteo
Entre el fango
Entre la piedra
Entre las sobras de mi corazón
Todavía erguido


jueves, 4 de enero de 2018

Más sobre poetas peruanos vivos y más vivos

Escribimos esto en ocasión de los premios de poesía otorgados, el año pasado, tipo Premio Nacional de Literatura o Premio José Watanabe.  No cabe duda que la institución literaria, en su conjunto, atraviesa desde hace años una crisis profunda.  Los mismos tipos –o uno u otro de ellos en particular a manera de monitor– deciden finalmente aquellos premios.  El monitoreo no es necesario ejercerlo en vivo ni en tiempo real, basta la deformación profunda que en el campo de la poesía campea entre los que se educaron en San Marcos o en la PUCP; salvo, felizmente, muy honrosas e individuales excepciones.  Esto para quedarnos, si es ello posible, en el terreno de la literatura o de los libros y no calar o urgar en lo político (política circunstancial o menor más bien) y empezar a percibir lazos e influencias o acomodos ante vacancias-indultos que hoy mismo y en un inmediato futuro convenga llevar a cabo.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Poesía peruana y mediación conceptual

La capacidad mediadora de la poesía peruana –en perspectiva conceptual o multinaturalista– alcanza su plenitud con Trilce.  Logro que tiene sus antecedentes en el mito de Inkarrí, Dioses y hombres de Huarochiri  y la Nueva corónica y buen gobierno de Huamán Poma de Ayala.  Además, en su reacción a la poesía “mundonovista” del Modernismo (José Santos Chocano) o “telurista” del tipo “Alturas de Machu Picchu” de Pablo Neruda.  Así como, por otro lado, en cuanto aquel poemario de 1922 constituye una elaboración propia del costumbrismo limeño (Granados 2007) –tipo Ricardo Palma, Clemente Palma o José Diez Canseco–; lo mismo que del criollismo o ruralismo del grupo Colónida y Abraham Valdelomar (Granados 2017).
Trilce que tiene en los 30′, a través de la poesía de Martín Adán, a su mejor glosador multinaturalista en clave barroco-coloquial.  Y ya en la generación del 50, dado el interés por la cultura precolombina entre la mayoría de sus miembros –sobre todo entre los motejados “puros” (Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, Blanca Varela, etc.) y no tanto así entre los “sociales” (Alejandro Romualdo, Washington Delgado, Pablo Guevara, etc.)– al poemario Estancias (1960) de Sologuren como un auténtico heredero de su poderosa mediación conceptual.  Obviamente, una vez catalizada la lectura de este último poemario con la antropología de Claude Lévi-Strauss, el budismo Zen (Susuki) y, no menos, con lo que ha elaborado Eduardo Viveiros de Castro sobre el pensamiento amerindio.  Estancias, entonces, cual un concatenado repertorio de ideogramas o discretos diseños con los cuales entablar, desde el Perú, un diálogo intergaláctico.
Seleccionamos a Javier Sologuren, a quien dedicamos nuestra tesis de Bachiller en Humanidades por la PUCP (“Estancias, síntesis de imágenes aéreas en la poesía de Javier Sologuren, 1944-1960”) (Granados 1987) y no, por el contrario, a Jorge Eduardo Eielson o Blanca Varela –habiendo estos últimos incluso rescatado de modo explícito la herencia precolombina en sus poemas– porque en el primero de ellos prima el existencialismo tanto como, en la poesía de Varela, predomina el expresionismo. Ahora, no es que no sea posible, implicando a Lévi-Strauss o a Viveiros de Castro en nuestra tarea, levantar una topografía multinaturalista a partir de la lectura de aquellos poetas peruanos; sino que la poderosa fanopea de Javier Sologuren –acaso de modo paradójico en tanto poeta “puro” o en menor grado “ideologizado”–  mapea y sintetiza aquella mediación de manera simple y sorprendente elocuente (Rebaza Soraluz 2000).
Por otro lado, y de manera secuencial, generación poética peruana de los años 60-70 que, a semejanza del subgrupo de los poetas “sociales” del 50′, estuvo intensamente interesada, acaso con la solitaria excepción de Luis Hernández Camarero, en lareal politik y no en lo post-humano (otra manera de aludir al multinaturalismo).  Así como los poetas peruanos –del 90 y del 2000– escasamente se concibieron amerindios.  Y, más bien, estos últimos ventilaron en sus obras diversos tipos de problemáticas globalizadas y urbanas como la de la identidad (género, etnicidad), ecología e incluso multiculturalismo –el cual no debemos confundir con el multinaturalismo–, además de ensayar un desmontaje semiótico generalizado: “giro lingüístico”, “giro visual”, etc.  Ante este panorama, es recién hasta la poesía de la denominada generación de los años 80 (por ejemplo, Magdalena Chocano) y, también, la de dos poetas contemporáneos y al mismo tiempo marginales  de Hora Zero (años70) como José Watanabe y Vladimir Herrera, cuando la mediación conceptual vía el “giro ontológico” o el multinaturalismo o el post-humanismo –aunadas a la extraordinaria irradiación de Trilce— se torna marcadamente relevante e influyente en toda nuestra región (“Vallejo en español selvagem y portunhol trasatlántico”).
Feliz 2018 a todos, su carnal.

martes, 14 de noviembre de 2017

Unas hojas quietas...


Unas hojas quietas inquietas comestibles vomitables extrañas inhallables tristes serenas frescas acogedoras maltratadas resecas testigas llorosas solitarias olvidadas extravagantes ocultas anhelantes rebeldes alzadas filudas penetrantes sangrantes las de la  poesía en mí


lunes, 13 de noviembre de 2017

PEDRO GRANADOS em Tradução

Soledad impura por Diana Araujo Prereira
*
Um profundo sopro de ar.
Espelhos, pequenos e nublados,
rodeando-nos e refletindo-nos.
A morte está perto. Mas você
até mais próxima.
Levanto a mão. Acaricio teus cabelos
e teus seios.
Roxo de emoção.
Expludo. Desapareço.
Pouca coisa é a vida ante emoção tão certa.
Teu corpo nu saiu pelo meu umbigo
e do meu ventre. É assim como te reconheço.
Tuas pernas e tuas cadeiras antes eu já tinha beijado.
Como cada um dos teus braços abertos
e dos teus lábios ainda fechados.
Minha morte em tuas palavras.
**
Toupeira. Campeão da solidão.
Católico até na meleca.
Lascivo quase sempre.
Construtor de origamis: de bolas
e de aves bem dobradas.
Sem cara definida. Salvo
pelos lábios de peixe. Pelas escamas.
Crescido sem entender a dor nem as desgraças.
Capturado pela morte, num jogo
que começou inocente e ao qual não nos convidaram.
Resgatado por essa mesma inocência.
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