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jueves, 1 de marzo de 2012
[En cierto momento ]
En cierto momento
Aves altas lejanas
Gravedad
En el asiento del autobús
En todas estas cosas
Que nos mantienen en un trabajo
Donde no nos quieren
Salvo alguno que otro
Y donde desde ya
Preparamos la partida
Hacia aquellas aves
Sin muebles
Ni computador
Ni, mucho menos, poesía.
¿Qué sería de nosotros
Si en lo alto lejano
De aquellas aves
También existiese la poesía?
Para Gaspare, Vallejo y yo mismo, entre otros, que cumplimos años este marino mes.
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Poesía de Pedro Granados,
Poesía Latinoamericana,
Poesía peruana
jueves, 22 de diciembre de 2011
Cachorros das ruas
I
Pulpo
Diente de la rata
Descubierto infraganti
Acto oscuro antiguo
Radicalmente inmoral
Que ha marcado
Toda mi vida
Coger de los frutos
En la otra vida siempre
Pegado a tu cuerpo
Y sin manos
“Tanto maiz tirao
Y yo sin pico”
Viejo, anciano
Desde la tierna infancia
Colmado
Por cualquier mezquindad
Satisfecho y hasta feliz
Ante cualquier migaja
Si mi vida fue
Ya nada fue
Sólo ahora
Radiante y constante
A que te pillo
Lector
Aquetepillo
Alicate tijera martillo
Para penetrar la lata
II
Una linda ciudad
Ha aparecido esta mañana
En mi ventana
La observo como un gato
Observa al ratón
Salta la linda
Y no para llamar mi atención
Da cortos rodeos
Se muere sola del susto
Del susto sólo se muere
Quieta permanece
Ante mi ventana
Sin habitantes sin vida salvo
En su circulación de tránsito
En su encandilada y eterna mañana
Como eternos son mis ojos
Y mis manos de pulpo
Y mi mirada de gato
Y mi cuerpo pegado al tuyo
Impotente y estéril
Ante tu belleza de alfileres
De ahogos de lágrimas
Ya incontenibles
III
Doy de beber al cachorro
Que soy
Al perro da rua
Sahumerio de las ciudades
Única alma justa
Por la cual no se revienta
Esta pecaminosa ciudad
Perro que olfatea todos los días
Nuestras almas
Y por eso va gacha la cabeza
Y con vergüenza ajena
Nos otorga su perdón
Mientras la TV sigue dando
Consejos de vida
A voz llena
Y el pobre predicador
Pasa calor por su saco
Tanto por andar henchido de fe
Para de sofrer Jesucristo viene
Cristo te ama
Y las flores intocadas e intocables
De las ramas más arriba
De los árboles
Donde los ángeles se entretienen
Diminutos ángeles
De las ciudades subdesarrolladas
De ello dan fe.
IV
Bajo la voz al fin
No hay una nube más
En este cómic
Me retraigo
Como el pulpo
Como el gato aburrido
Que soy
Como la rata
Que guarda su diente
Para mayo.
Ángeles de la sombra
Y ángeles de la luz
Hacen migas
Sobre el marco
De mi ventana
Sobre el marco
Que es esta ciudad.
No los divide sólo
El color de la piel
Sino también el corazón
Pero son ángeles todos.
Perros vagabundos
Tolerantes con nuestra humanidad.
Cachorros das ruas.
(Foz do Iguaçu, 3/12/2011)
FELIZ 2012
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jueves, 8 de diciembre de 2011
VOLVER
Belleza tacto dos dedos
A la derecha
La mano toda
A la izquierda
Volver volver
Para vivir volver
Para amar volver
Desde tan lejos
Remontar
Con mi amor
Con mi alegría
Con mi intacto corazón
De manzanita sonriente
Una mano completa
A la izquierda
Dos dedos apenas
A la derecha
Sobre este teclado
Amante sobre esta
Página bien amada
jueves, 1 de diciembre de 2011
Espina
Para R. B. M.
Con dos lenguas.
Una espina
ensartándolas.
Oler y contemplar
y allí mismo devorarte.
Jugado y sensible.
Tacto y hora
exactos.
Ciegos y sordos
los ritos del amor.
Años moviéndose
acompasadamente.
Risas
las de tu boca
y las de tus no menos
sabias manos.
Escampa y permanezco.
Clarea y no mudo.
Un instante moroso
solamente.
Un pestañeo perplejo.
(Poema del 2006, perdido, hallado y hasta ahora inédito)
martes, 12 de julio de 2011
Tocar todas las cuerdas
Para mi hermano Gaspare
Tocar todas las cuerdas
Y estar orgulloso de haber apostado
Y de haber nacido
Quién dónde cuándo
Sin mí
Sin ti querido lector
Sin nosotros espléndidos
Ante el tiempo y el pensamiento
De los otros
Tú y yo querido lector
Hasta que sea el final
De este bulto que ya empezamos
A ver por todos lados
Repetitivamente
Lo intuías lo intuiste lo intuí
Cómo la rugosa piel de la ostra
Había sido al final puro
Gusto al paladar
Completa accesibilidad y disponibilidad
Ostra-meteoro-cerebro
Allá me voy
Allá nos vamos
Nosotros y la piedra
Nosotros y este saber improvisado
Pero flexible a los terremotos
Volátil al naufragio
Así fue
Tal como lo descubrimos
Cuando éramos niños
De puro ociosos y jugando
Entre aterciopeladas arañas
Y hormigas sobrevivientes
El monólogo con las paredes
Es para audaces y para insectos
Los muros son dialogantes e infinitos
E intensamente habitados
Por cierto
Me preparo a intervenir en un hormiguero
Entre la puerta de madera algo ya carcomida
Y el piso de losetas de mi vieja casa
Me preparo
Me inclino me arrodillo delimito el territorio
Aproximo la cara y contengo la respiración
Con mis arañas por delante
Con mis tortugas ciegas
Y ricamente adornadas
Con mi yema multitudinaria
Con todo mi corazón
Cubierto de lágrimas
Y errante
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Poemas en hucha,
Poesía de Pedro Granados,
Poesía peruana
miércoles, 6 de abril de 2011
FLORES
Para Charito
Flores
Pétalos
Una circunferencia de fuego
Y
Al centro
Entre los riscos
Y las rompientes
Sobre la playa
Última
Muy pequeña
Y escondida
A cualquier mirada
Pisando ya
Las piedrecillas
De colores humedecidos
Y tocando ya el agua
Mansa y en actitud
De espera
Con sus olas minúsculas
Que abren y cierran
Pensativamente
Los párpados
Para que entremos
De una buena vez
Allí
Donde están la ola y tú
Donde todo se aproxima
Al contorno de mi pisada
A la quilla de mi pie
Que va por delante
Allí
Donde soy agua
Yo mismo
Incontenible
Ya
Agradecida
Ya
Reunida y sin sutura
Contigo
domingo, 19 de diciembre de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
La Soledad impura de Pedro Granados/ César Eduardo Carrión
Esta antología de Pedro Granados (Lima, Perú, 1955), titulada precisamente Soledad impura (Lima, Imprenta ENFYS, 2009), recoge poemas escritos entre 2003 y 2009. Granados es uno de aquellos innumerables autores que no siempre (casi nunca) constan en las antologías generales de la reciente Poesía Latinoamericana, publicadas por las mayores casas editoriales del continente o por otras menos grandes, de la mano de prestigiosos poetas o críticos latinoamericanos. Un dato destaca su situación marginal: Se trata de un poemario editado por su mismo autor. Pero, a diferencia de la inconmensurable producción que sale del bolsillo y la necesidad o vanidad de muchos aficionados, este librito dejar ver a un autor comprometido con la poesía, de amplia trayectoria y oficio. No es de extrañar, en consecuencia, que uno de sus poemas evoque lateralmente esta condición (en adelante citaré todos los versos a línea seguida): Una vez más he sido / humillado. / Por enésima vez han descargado sobre mí / el poder. / Un hombre se ha portado / como una institución / y me ha condenado al exilio.
El tono confesional de muchos de los poemas los ubica dentro de una veta creativa de la lírica escrita en español que se remonta a los siglos del barroco, pero que en la modernidad se afinca en cierto realismo, cierta poesía conversacional y en la llamada poesía lárica, que construye su cosmovisión, primordialmente aunque no de forma exclusiva, en torno del recuerdo del hogar y la memoria familiar. Dicen así los primeros versos del libro: A mi abuelo Desiderio Agüero / lo asesinaron a golpes / en la provincia de Cangallo, Ayacucho, allá por 1925. / Lo emboscaron en la propia recepción / de su cargo como sub-prefecto. / Medio centenar de puños / se ensañaron hasta la muerte contra él. / Los azuzadores fueron capturados / y purgaron veinticinco años de cárcel / por el homicidio. Se apellidaban Rodríguez. / Hacendados de poca monta / y de medio pelo, pero hacendados al fin. / Tú no esperas muerte distinta. / Morir de cara a taimados anfitriones.
Aparecen a menudo nombres propios y referencias histórico-geográficas precisas, quizás con la intención de mostrar un complejo mundo biográfico, pero seguramente también para desafiar la frialdad de ciertas estéticas (no menos legítimas), cuyos sistemas de sentido giran en torno a palabras neutras, lugares comunes de la “alta” cultura literaria y símbolos autárquicos (aquellos que se justifican sólo dentro de su propio sistema, sin un anclaje claro en la coyuntura cultural de la que provienen -¿poesía pura?-). Paralelamente al desarrollo de la llamada Poesía Neobarroca a finales de la década de 1970 e inicios de la siguiente, por poner sólo dos ejemplos, autores como Granados y García Gómez (comentado en la reseña anterior de este blog) desarrollaron en silencio una obra “modesta” y de bajo perfil, pero igual de consecuente y sólida, al menos desde sus presupuestos estéticos. En ocasiones, calificadas por algunos como “conservadoras”.
Esa última afirmación, a pesar de ser demasiado general, es justa en la medida en que visibiliza un problema respecto de la recepción de la literatura contemporánea en general y de la latinoamericana en especial, sobre todo de la poesía de las últimas décadas: La institución de los cánones estéticos responden en gran medida (si no es del todo) a eventos de creación generacional dados por intereses político partidistas, educativos gubernamentales, geopolíticos nacionales o meramente eventuales (amiguismos, revanchismos, coincidencias vitales de diversa índole). La literatura, como cualquier otro sistema de producción social de sentidos es una Institución (así, con mayúscula). Y por esa razón se comunica con otros sistemas ajenos a la literatura misma. Sí, obviedad de obviedades y tan sólo obviedad… Pero certeza, también.
Y digo todo esto a pesar de sentirme, ya no como lector sino como escritor, sintonizado con lenguajes más experimentales y abiertos que éstos, de los autores que he reseñado hasta este punto. Me llama mucho la atención, insisto a pesar de lo dicho, la fuerza metonímica (en otro sentido, simbólico-metafórica) de varios momentos de la poesía de Granados, construidos a partir del más sencillo de los usos rítmicos y estróficos. Si bien hallo tenues o lejanas resonancias telúricas en esos versos, nunca encuentro los excesos del costumbrismo o el folklorismo, cuando han sido mal entendidos (localismo a ultranza, nacionalismos chauvinistas…): El invierno nos pone la realidad más cerca / de los ojos. / Pura literatura es el invierno. Vivida, por / gris. / Palpable, por tan encapsulada. Ante toda / esta realidad / un culo bien redondo / es lo que más necesitamos. Un / huairuro del tamaño / de nuestra esperanza. / Por eso pienso en Elimane, repaso su / correo / de hace unas horas. La repaso / desnuda / contra las paredes color blanco humo de nuestra / habitación en Haití. / Bajándose el calzón, tan alegre, y subiéndose / con la mejor de sus sonrisas.
He aquí la soledad impura de este libro de Granados. Extraídos del contexto del poema amatorio o erótico al que pertenecen, e incluso dentro de él, la Pura literatura y el huairuro compiten por consumar el abanico de sentidos. Granados posee una voz plenamente identificada con sus orígenes nacionales, pero devenida a un tiempo en nómada libre de hablar del tema que se le vengan en gana. El cariz categórico, militante en otros poemas que le conozco, lo ha puesto él mismo en el último poema del libro: Hemos llegado a la conclusión / que no escribimos poesía. / Que nos somos poetas. / Es más, que la poesía / para nada nos interesa. / Que las palabras no han sido, / precisamente, / lo que buscábamos. / Ni tampoco / lo que hemos ido hallando / a lo largo del camino. / Ahora podemos hacer un alto. / Y con toda sencillez, / mas sin pizca de humildad, / decirlo. / … / Para nada nos interesan la poesía / ni sus expertos. Dejamos libre el territorio, entonces. / Impunidad total para aquellos que dicen / lo que quieren decir las palabras.
Conocí a Pedro Granados en una visita que hizo a inicios de 2010, motu proprio, para impartir un par de charlas, ad honórem, sobre su obra crítica acerca de César Vallejo, y también para leer algo de su poesía en algún recital casi clandestino. Consecuente con su carácter decidido y honesto, lo mejor de aquellos encuentros con Granados ocurrió en las charlas tras bastidores, lejos del rigor académico o la solemnidad de los encuentros poéticos. Entre otras circunstancias, el poder se detenta desde la posesión de los medios de comunicación y desde el monopolio de los discursos políticos y culturales en general. Los discursos estéticos no son la excepción. Más allá de las “preferencias” literarias subsisten los linderos habitados por los opositores a ciertas formas de poder (los taimados anfitriones). Granados es un gran ejemplo …
César Eduardo Carrión(Quito, 1976). Ha publicado los poemarios: Poemas en una Jaula de Faraday (2010), Limalla babélica(2009), Pirografías (2008) y Revés de luz (2006). Ha publicado los ensayos ´Habitada ausencia´: Historia y poética en la poesía de Javier Ponce (2008) y ‘La diminuta flecha envenenada’: en torno de la poesía hermética de César Dávila Andrade (2007). Editó junto a Fernando Albán el libro de ensayos Fulgor del instante. Aproximación a la poesía de Iván Carvajal (2008). Fue miembro de la revista de ensayo y poesía País secreto. Actualmente forma parte de la revista Ruido blanco.
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