jueves, 29 de marzo de 2012
Leite Neto
Qué dicha.
Borges hablándonos
sobre la cubierta.
Borges y yo,
solos. No hay nadie.
(Es muy temprano todavía).
Sobre este navío que nos conduce
--a mí y a mi memoria de Borges--
hacia un lugar aún desconocido.
El puerto no nos consta,
mucho menos al río.
A este río que navegamos
con repentina dicha
y extrañeza.
La popa es nuestra proa
--todo va quedando adelante--
y sabemos lo que decimos,
aunque no por dónde andamos.
El Amazonas es más antiguo
y más vasto que nuestro recuerdo.