domingo, 18 de junio de 2017

[Apenas unas yemas sobre el papel]


A Edgar Altamirano
Apenas unas yemas sobre el papel
La pantalla de la computadora
Una luz delante como un aura
El aura misma
Tu madre misma
La inmortalidad
El amor
La más terrible belleza
No hay otra
Y esto no es lo de menos
Cuando veas por la escotilla de la nave
La nube errante la isla errante
La tierra pequeña y desnuda
El mismo brillo de aquella entrañable presencia
Le escribo al insecto
Y al hocico de mi perro
Y al amigo
Y al que ahora mismo está solo
Y en un sitio remoto
Entre pantallas brillantes
Entre auras entre bellas
Entre madres entre verdades
Escribo al mono
Al que conmigo va
A  mi recién nacida estrella

Junio 2017

martes, 25 de abril de 2017

Aprendiz de mago


La risa de Flora destemplaba las vigas que sostenían el altillo de la cocina.  No tenías noción del tiempo transcurrido y la temperatura era muelle.  Ese altillo, donde tú eras un intruso que había llegado poco después del desayuno, estaba recubierto de quitina, y todo él se sacudía, se elevaba, se posaba y volvía a elevarse con la torpe risa de Flora.  Afuera, en el corredor de la quinta, al otro extremo del departamento donde te encontrabas, quizá alguien lavaría su ropa o las muchachas más grandes harían puntadas con los acontecimientos del barrio.  No era fin de semana, de eso crees estar seguro, pues la familia no estaba reunida, y sólo de vez en cuando se escuchaban ruidos de platos, de ollas, chorros de agua que parecían indiferentes al coleóptero.
Más afuera, tus padres, empeñados en no creer las caras de lástima de sus fieles clientes, dibujaban hilachas de mercadería, que no engañaban a los gatos del mercado, improvisaban adornos, hacíanse de cajas vacías para llenar su gris mostrador, para intentar disimular su raleada estantería.  Pero más cerca, la calle, inmediatamente la casa ajena y tú dentro de ese bicho, haciendo de gusano para Flora, de larva, para aquella niña extraña que siempre estaba rodeada de golosinas y de juguetes y de caprichos.
De pronto la larva pretendió transformarse en un mago, con la misma ingenuidad que la de sus padres, ante aquella niña de probada magia, e hizo desaparecer cinco soles (que en realidad él sabía eran cincuenta) aprovechando que el insecto planeaba.  El mago asomó por la borda despidiéndose del billete.  Quiso que Flora viera, desprendida de los cargados artejos, sólo una partícula de polen en el vacío.
El regocijo fue unánime entre el mago y los gastados padres del mago, que en ese hallazgo veían surtir con algo de verdad el verdadero y arruinado puesto del mercado.  Mas la alegría duró las contradicciones en que puede caer un niño de seis años: la suerte no se encuentra, necesariamente, oculta en el piso de madera desde donde husmeaban los gatos, y justo debajo de los pies de sus propios padres.
La guerra avisó, el puesto se hundió del todo luego de un año.  Los padres de Flora reclamaron su billete convulsivamente a los padres del aprendiz de mago.  Fue una sorpresa ver aparecer las calles nítidas, los hombres nítidos, los insectos que no se prestar a ser un altillo.
Pedro Granados, escrito alrededor de 1980.  Constituye propiamente nuestro segundo relato, posterior a “Ese mediodía invernal” que fue publicado dentro del poemario Sin motivo aparente (1978).

viernes, 14 de abril de 2017

Imaginarme el mar (Video)


Poema “Imaginarme el mar” do livro Poemas en hucha (2012) de Pedro Granados.

miércoles, 5 de abril de 2017

PUCP: Mediados 70/ 100

Porque allí pillé a Góngora
Leyendo a Góngora
En la voz de Luis Jaime Cisneros
Lo mismo que a Salomón Lerner
Incrédulo y de a pie
Repasando alguno de mis poemarios
Porque no por las huevas estuvo allí
Luis Hernández Camarero
Que estar allí, acompañar,
Es mucho más poderoso
Que el mero hecho de estudiar
Porque en la PUCP, y junto con algunos de mis profesores,
Ensayábamos explicar la verdad hasta confinarla
A un esquema
Algo mucho más humano que el solo hecho de creer
Y porque entre algunas de mis compañeras
De aquel entonces
Descubrí la bondad, la inteligencia
Incluso el amor
Porque desde el segundo piso de Letras
En el Fundo Pando
Mirando hacia la playa y por las tardes
Se ve a Trilce o a Inkarrí
Da exactamente lo mismo
Una sonrisa de tan amplia
Aparentemente horizontal
Dorada y abozaleada
Remando contra lo corriente

Aunque escueto, vaya como un homenaje a la PUCP por sus primeros cien años

viernes, 31 de marzo de 2017

De cara a los poetas de barrio


Te acostumbraste a que te digan poeta
En primer lugar tu estoica mujer
Y he allí tu principal problema
Como otros se acostumbraron
A aparecer en las gacetillas
De los periódicos de su barrio
O mencionados por sus alumnos
A modo de quedar bien con el poeta-profesor
Y así aprobar la materia
Aunque sin necesidad de seso
Ni rastro alguno de poesía
Salvo el conminar a toda costa
A que te aplaudan
Y sin incluso reparar
En perder a tus amigos
O mejor cabría decir
Supuestos subordinados
Obvio, previa mirada
A la grosura  de la soga
Con la que decides romper
Calculadores sois entonces
Usureros y aprendices
De manipuladores
Muchísimo antes que poetas
Aunque de tiempo en tiempo
A escondidas de tu mujer y de tus
Todavía incondicionales
Pergueñes tu verso gratuito y solitário
Y luzcas allí sí tu verdadero rostro
De avejentado cachorro de león
Uñas gastadas  pocos dientes
Y definitiva cabeza gacha

Va a “Libelos”, poemario en preparación.

miércoles, 1 de marzo de 2017

AL FILO DEL REGLAMENTO (Poesía: 1978-2005)


EL MIRADOR DE LOBOS

I
Los lobos marinos
alzaron su canto
solicitando amor al cielo;
sólo Venus los escuchó
y la luna brilla desde entonces
en sus hocicos.
II
Entre las rocas,
en los acantilados y farallones
donde el aire es fresco silencio
y el deseo no tiene límites;
donde el mar no es una encrucijada sino
fugitivos cangrejos
o pulposas estrellas;
los lobos marinos muerden en el agua
igual que en sus compañeras,
y encuentran los mismos peces.
Jamás hubo secretos para ellos.
III
Por las tardes,
el sol despoja sus pétalos más íntimos
sobre las aves;
el mar se despeina en los farallones
y las familias de lobos
se desprenden de las rocas.
Cuando la orilla inclina el mar
a la ciudad.

De JUEGO DE MANOS (1984)


http://www.miradamalva.com/biblioteca/Al%20filo%20del%20reglamento.pdf