sábado, 9 de enero de 2021

Variante del corazón

 


No creo que haya que reconciliarse con la naturaleza

Éste es un mito estúpido porque todo es naturaleza

Tanto la distopía como la utopía

El empaque mismo en que vienen las cosas

No tengo alma para los cerdos ni los pollos de la granja

Tampoco para poner mi atención sobre aquella probeta

Que demuestra que todos tenemos el virus de la vida

Un pececillo que sobrenada sobre natas y excrementos

Al que dan igual las granjas como los edificios

Y se instala efímeramente sobre cualquier cosa

Incluso si es preciso dentro de nosotros

Y a ver cómo pica

Cómo revienta y pone en vilo

En calamitoso estado de postración

Todo aquello que íbamos considerando vida

Vivo viviente y la lista completa de sus altisonantes sinónimos

A ver cómo quema

Cómo estalla

Cómo perturba tu corazón

Último refugio de nuestro cuerpo

En el que por un momento olvidamos

El sexo, las piernas, la terca angina de pecho

Cómo tu corazón lucha solo y sin escudo ninguno

Contra la vida

Y gana siempre y sin atenuantes la derrota

Porque únicamente el corazón la sobrevive

Y siempre ha sido muchísimo más que la vida

 

©Pedro Granados, 2021


 


miércoles, 6 de enero de 2021

SAMAYPATA HEIGHTS

 


I

Samaypata is a small Macchu Pichu,

they tell us. And the people is right.

An hour and a half it costs to leave behind

the heat of Santa Cruz de la Sierra.

And settle down. Pass

through the needle eye of its streets.

Without touching the stone.

Without putting your nose on the cold rock.

Know that Samaypata awaits us.

To die. To live

maybe even more this way.

With its gentle architecture under our feet,

that tells us.

With its unfathomable screen of air,

that illustrates us.

Samaypata and the art of dying,

to go dying while we fall

in its deep well.

Same as in Macchu Picchu.

Although Samaypata is personal death,

not community or sidereal. Just individual.

One day we went there

with our india camba

long hair, strong and dark.

One day we went there, in Lima,

when we were kids

and we played around

to one of its dusty huacas.

The goal was death

but we did not know this yet.

And the joy

the same joy as now. Dark joy.

Without putting your hands on the hard rock

nor closed eyes on the cold stone.

II

We belong to such an old family

like that of the first men of the plain.

Although in the mountains they also find

our ashes.

Make love on my camba

It is like entering a wall.

How to make love to a black rose.

Samaypata is the female

hidden among the foliage.

Legs and hips of a woman.

And doggy  tits.

So was that dark girl.

And your cock turns to leather.

For continuing to lie on the stone.

And your teeth stick out and your arms

to better bite and hug her.

And your calves get rubbery

to boost you

and get to know the art of dying in Samaypata.

Without breathing the stone or licking the hard rock

nor lie face down at the bottom of the abyss.

III

The return from Samaypata

brought me here.

That it is not Samaypata, this is clear.

That it’s not me either.

That he is nobody, perhaps. If not, alone

a certain mirage of lights and tall buildings

on the patient grass.

IV

A delicacy can be

any bite.

That’s why you write despite

of your impure feeling.

There is no place or time

ideal. Thereforeyou

approach your head

to the abyss of paper.

Samaypata has left

a long trail of stars.

Of agglomerated stars of death.

Half an hour less lasts

the way back to the plain.

To the onslaught of heat

from Santa Cruz de la Sierra.

Storming the Boston cold.

Even if you live for now

inside the plane of your memories.

And the near future fact

be that of your own extinction.

Maybe in Samaypata.

Maybe touching the china itself

of those splendid stars.

With our drop of shadow confused

and happy among so many other shadows.

But you don’t know this yet. And that’s why you write

with your impure loneliness.

Half alone. Accompanied

half

There is no place or time

ideal


http://www.eldigoras.com/eom03/2004/2/aire31pgr02.htm

 

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Sobrecarga sensorial/ Sasha Reiter

 


Esta Receta de “Súper Café” está Dejando Aturdidos a

los Médicos.

Paquetes de cruceros para Alaska: 50% menos.

Sentarse en exceso está matando lentamente a los

oficinistas de los Estados Unidos.

Reduce la inflamación con CBD, derivado del cáñamo,

mientras

buscas tu épica aventura turística.

¿Por qué la Antártida es la opción OBVIA?

¿Estás usando q-tips?  Es muy probable tengas los oídos

sucios por dentro.

CBD y sus comprobados beneficios para la salud

revelados

por un singular truco de carburo que quema hasta 1

LIBRA por DÍA.

Alaska… un lugar como ningún otro que antes hayas visto.

Prevén y trata el hongo de las uñas con esto:

Los distribuidores despejan en el acto tus uñas

descoloridas,

que podrían infectarse por tu intento de ser más activo

ante la pavorosa e inspiradora belleza de Alaska

y mejorar la iluminación de tu garaje o de tu espacio de

trabajo,

lo cual es una solución permanente a los paquetes de

cruceros de último minuto

desde tu carro equipado con tu fijo pedido de escritorio!

Pero debes tener cuidado, la baja testosterona se está

apoderando de tu hombre.

¿Buscas un elevador de escalera para tu hogar?

¿Buscas un elevador de escalera para tu cuerpo?

¿Buscas un crucero para cualquier parte menos para acá?

¿Buscas algo para quitar el dolor?

¿Todo eso junto?

¿Completo?


https://www.revistaaltazor.cl/sasha-reiter-2/


miércoles, 18 de noviembre de 2020

Poetas dominicanos en sus treintas

 


Este invierno

Este invierno no abriré los ojos.

Negaré el río,

la piedra,

la huella,

la palabra.

Solo diré

que llueve sobre mis fragmentos.

Solo que estoy abandonada en la poesía.

(Lery Laura Piña, En todos los relojes, tarde, 2017)


El diablo y yo

Y hace mucho tiempo

que yo me reconcilié con el diablo.

Le envié cartas perfumadas con aroma de coco.

Me sobó los pies

mientras recitaba salmos urbanos.

Me quitó las lagañas con tal ternura,

que evitó arañarme con sus garras.

Me subió en su lomo y bailamos

mientras yo lloraba de la risa por el panorama.

Nos confesamos secretos morbosos,

nos aplicamos bengué mutuamente,

nos repartimos los insultos al Dios católico,

y le enviamos un mail de amor eterno

al dios pagano.

Y al terminar la velada nos besamos,

nos dijimos te quiero

mientras él se desintegraba en mis brazos.

(Yaissa Jiménez, Ritual Papaya, 2018)


Los poetas de la isla

tenemos cabezas enormes, arpones de aire.

Relojes falsos y libros fotocopiados. Leemos

revistas de porno, periódicos de izquierda.

Y luego nos preguntamos si lo que somos será

siempre tan incierto como ahora.

Toda la tarde la mirada puesta en el vacío.

Toda la tarde sentados sobre las rocas junto al mar,

como si se tratara de un puerto, y nosotros listos para zarpar

en cualquier momento, aunque el rumbo de nuestros viajes

nunca es otro que el que trazan las palabras.

Así se nos va la vida.

(Alejandro González Luna, Donde el mar termina (apuntes para un poema de la isla, 2014)


Afuera, una niña lame su paleta balanceando el panorama

(Natacha Baltle)


Breve muestra tomada de entre el libro de Nestor E. Rodriguez, Isla escrita. Antología de la poesía de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana. Madrid: Amargord, 2018.  


Pd.  Amargord editores próximamente publicará nuestro manuscrito, “Pura y no bulto”: Poesía dominicana s.XX – s. XXI, que es continuación de un libro anterior, Breve teatro para leer: poesía dominicana reciente (2014).


sábado, 31 de octubre de 2020

Nota de prensa

 

Seré muy franco con todos ustedes

El  poeta mayor del siglo XXI

Es este pechito

Y me temo que el mejor crítico de poesía

También

¿Es válido o decoroso afirmar

Esto en vida?

Paso de lo válido

Asumo lo decoroso

Navego a diario por la Internet

Y sé lo que afirmo

Para no referirme a la prensa local

Que constituye gran parte

De lo que se lee sobre poesía

O sobre literatura por aquí

Por aquí y por lo que van a repetir allá

Y acullá

Los estudiosos que acreditan

Lo que por acá les dicen

Pero por qué tan suelto de huesos

Sostengo todo aquello

Lo tienen a un click

Al filo del reglamento II

Y desde aquí pudieran dar un salto

Sin riesgo a estallar

Al filo del reglamento I

Se quedarán cojudos

Aunque confío

Sólo sea algo muy breve

Y se pregunten como yo ya no lo hago

Que qué carajos con esta poesía

Por qué razón  fulanos o menganas

La estuvieron maleteando por ahí

Ante más evidencias de su valor

Mayores  caras de palo todavía

Mezquindades al cuadrado y al cubo

Acaso a lo que  “no tiene mérito” ¿merito?

¡Merazo será!, dijo el pescador medio sordo

A lo que inunda traspapela ahoga

Sus argumentos su atornillamiento

A esta existencia

Porque, en efecto,

La inmensa mayoría de críticos y poetas

Da exactamente lo mismo

Mejor debieron dedicarse a otra cosa

De modo expreso y sin escrúpulos

A la mascarada de la política digo yo

A ganarse el centavo de una manera más honesta

Sin parapetarse en la cátedra ni la revista

Desde donde ya reconstruyeron el mundo

Con ingenuidad

Sólo concebible entre cierta clase media

Desahuévense de una vez por todas que ya es muy tarde

Lo lamento

Vean con horror aquello que pudiéndolo hacer

No hicieron en vida

Arrepiéntanse les digo

Mientras este pechito

Honrará su lonche cotidiano

Donde lo más importante

Pudiera constituir únicamente esto

Será un aromático café

Cargado como esta misma poesía

Al cabo, nada os debo;

Debéisme cuanto he escrito.

Aunque se quedara un tanto corto

Aquel correcto profesor sevillano

Debéisme también cuanto he vivido

Y porque una sola golondrina sí hace un verano


https://miradamalva.blogspot.com/2020/10/al-filo-del-reglamento-ii-poesia-de.html

Pedro Granados en el canon (oculto) de la poesía colombiana contemporánea

 

“En 1993, después de haber participado en el Festival de Poesía de Medellín, viajó a la Costa Caribe; en Cartagena, se reencontró con la pintora Bibiana Vélez, a quien había conocido, junto con Gómez Jattin, en el Festival de Medellín. Bibiana quería publicar un libro inédito de éste, que se había quedado en Medellín, y le pidió un concepto editorial a Granados. Entonces él hizo una mínima labor de edición del manuscrito: corrigió errores ortográficos y mecanográficos, quitó un verso aquí, limó una imagen allá. Y en el orgullo que no ocultaba de haber dejado su huella en Esplendor de la mariposa se hacía más claro su gran aprecio por la poesía del cereteano”  Joaquín Mattos Omar

1ero: Intervine, no sólo en el punto tocante a la “descuidada”  ortografía o vocabulario, en la publicación de El esplendor de la mariposa; edición casi artesanal de 1993 –en Medellín– y que luego pasara o se reprodujera, sin modificaciones, en las posteriores y definitivas.   En mi crónica de 2002, aunque no ahondo en ello, sí establezco ya algunas precisiones. Básicamente, fueron unas cuantas páginas mecanografiadas –con gruesas erratas ortográficas y otras, mínimas, de composición o formateo de los textos– las que recibí de parte de Bibiana. Gazapos aún más notorios en cuanto pertenecían a poemas breves y a escuetos versos. Lo nuestro fue una intervención leve; anfibia, entre el error y el acierto. Es decir, limar lo mínimo, apenas lo evidente, para que subsista el «ruido» particular de este poemario escrito a manazos entre el talento y el deterioro… en el que, por esa época en particular, andaba sumido el extraordinario poeta de Cereté. Siempre he creído, además, que corregir poesía requiere ponerse previamente a tono con un ritmo, universo y lenguaje específicos… y, por lo tanto, aplicar apenas la tinta blanca. Esto cuando se trata de una alta poesía, por cierto. Tal como en este caso, manchada por un descuido involuntario; por un pliegue, de menos o de más, por mera cuestión de la tintorería.  Testimonio de Bibiana Vélez Cobo.

2do: Mi crónica, “Si yo lo escribí: la poesía de Raúl Gómez Jattin“, poco a poco ya no aparece vinculada a su autor, este servidor, y va formando como parte de la tradición oral en el ámbito de toda la región.


Texto relacionado:

Entregar los tesoros/ J. Arturo Sánchez Trujillo



viernes, 23 de octubre de 2020

ENREDADERA

Para Rosario Bartolini y Julio Saldaña

Agarrar mi guía y elevarme tal una enredadera

El frío nocturno no será nada tampoco

La escarcha inevitable del amanecer

Si como si bebo si respiro

Ya es una gracia enorme

Para mi objetivo inconsciente

Sonámbulo o en automático

A un lado papeles bultos desperdicios

Aire viciado

Palabras densas e impuras

Entre mi raíz y yo

Entre mi guía y yo

Hilos visibles e invisibles

Para escalar lento como el perezoso

Seguro y cierto como la serpiente

Entre aquellos últimos

El hilo invisible

Que me puso de nuevo en Lima

Que me ensartó otra vez a tu amor

Noche ciega la que ve más allá

De nuestros ojos

Ahora que humecta mis mejillas

El barro e incluso el hormigón

Sobre el que me arrastro

Con la mirada no siento menos con el pensamiento

Con las comisuras entreabiertas de mis labios

Y parte de mi húmeda lengua eso sí

Con mi respiración taponeada por el lodo

Que es tierra la que respiro

Igual que el can

Igual que la hiena

Cuando engulle a trozos desesperados su presa

Igual que el pajarillo que no pudo más

Y añade un grumo más a la tierra

Enfilo y trepo entonces

Me oriento por la voz que me llama

Por la que pronuncia mi nombre

Y me extiende sus brazos amorosos

Y desaparece de nuevo

O tarda

Porque así me va animando a subir

Como la enredadera que soy

Flores de fango que en realidad somos todos

Cada uno

Y jamás únicamente los poetas


 https://www.babab.com/2020/10/22/enredadera-un-poema-de-pedro-granados/