Moro y Led Zepellin
Un mismo neumático quemado
Al sol expuesto
Moro no se entregó a Moro
No se animó a dejarse llevar y fluir
Tal como César Vallejo
El Vallejo escondido y reptante dentro de la serpiente
Moro pensó cayó en la cuenta
Tal como el mar partido partió su pensamiento
Y esto mismo lo escindió
La tortuga ecuestre va de visiones a silogismos
Y viceversa
Otea fragmentos y añade pliegues
No es una piedra que luego es el mar y luego
Un inmenso y suculento repollo
Moro dio crédito a E. A. Westphalen
Y por eso dejó de dar oídos a César Vallejo
Lo cual le hubiera ahorrado torturantes cambios
De género de luz de sujeto poético
Vallejo que no es Zepellin salvo
Por aquella Jimmy Page’s guitar
Westsphalen el más indigente de los poetas urbanos
Del Perú el más extraviado de todos
Desubicado aunque influyente como es lo usual
Y hasta el día de hoy
¿Hablo de Moro hablo de Vallejo hablo de MVLL
Que siempre desconfió del Cholo
Porque le fueron mucho más asequibles
5 metros de poemas y La tortuga ecuestre?
Hablo de mí y de la alegría que me toca
Y del dolor que se me avecina
Dolor en tanto ozono
Que se disipa cuando acaba la madrugada
Mario Vargas Llosa y José María Arguedas
El astuto y el cándido
El prudente y el confiado
Uno que ha regresado hoy y el otro que parte
Vallejo era el fin y el principio
©Pedro Granados, 2025