domingo, 9 de marzo de 2025

[Nací otra vez en Pachacámac]

 


Nací otra vez en Pachacámac

Como a los veinte y poco

Ya había intuido este nuevo nacimiento

En Breña, mi barrio de siempre

Bajo el tornasol del cielo de Lima

Durante algunos días del verano

Tardes mediterráneas

Sin playa ni horizonte y sólo un olor a mar

Que llegaba como de otro planeta

Una discreta caricia sobre mi nuca

Una puerta dorada sobre mi sien

Un ojo un tanto distinto del otro

Porque oteaba ya el día de mi nacimiento

La luz estrujada y como entretenida

Sobre aquellas paredes sucias y pobres

Subí la rampa

Mientras mis amigos hacían exactamente lo mismo

Llegué livianamente a la meseta

Casi inadvertidamente

No estaba ninguno de aquellos con los que allí llegué

Sólo mi cuerpo entero contra todo aquel poniente

Sólo mi parietal sobre aquel dorado polvo

Echo un ovillo

Sólo mi ojo derecho levemente boqueante

Entre aquellas tornasoladas nubes

Y mi lengua un tanto amarga del sabor de la tierra

 

(9 de marzo, día de mi setenta onomástico)

© Pedro Granados, 2025



sábado, 22 de febrero de 2025

La pregunta por la poesía peruana…

 


Huaca Pucllana, Miraflores

 coincide, necesariamente, con la pregunta por Pedro Granados.


jueves, 20 de febrero de 2025

La peruchada literaria

 


No nos queda otra cosa que hacernos los cojudos

Mirar y no mirar

Escuchar y no escuchar

Como si un parpadeo nos liberara

Del absurdo de nuestras existencias

Y de nuestras opciones literarias

Gustos y vidas como divorciados

Algún momento que en nuestra “cuidada” educación

Nos traspapelamos perdimos el balón

Se esfumó el ovillo de nuestra propia madeja

No nos educaron para estar en el Perú

Y por ende en ningún otro lugar de la tierra

Que ambas cosas conviven en una sola vaina

Un único edificio con varias puertas

De briosas entradas y titubeantes salidas

La micro política en el Perú es suicida

Porque es de profunda vocación colonial

Y es micro también porque es mezquina

Y muy bruta aunque con su suspiro de limeña

El humo desde aquella parrilla de anticuchos

O este instante tan poéticamente efervescente

Caben dentro de una servilleta

Hasta que alguien nos enseñe a respirar

Hasta que con alguien aprendamos a amar

Al margen de los intereses de nuestro estrecho círculo

 Desconfiada anuente y tan pendeja familia


© Pedro Granados, 2025



sábado, 15 de febrero de 2025

[Forma de la poesía peruana]

 


Forma de la poesía peruana

El zorro de arriba y el zorro de abajo

Lo cual es equivalente a decir

Cierto momento del crepúsculo

Una cabeza con el agua hasta la cintura

Dos mil quinientos años por lo menos

Antes que Trilce (Inkarrí) o La tortuga ecuestre (Naylamp)

Y muy anterior a la obra del mismo José María Arguedas

Un instante de equilibrio o de balance

Una boca engullendo su propia cola

Tan sólo un minuto de acuerdo

Y el modo lúcido: el encuentro de lo binario

O la esquizofrenia: gato debajo de su silla

Las tímidas telas vespertinas de Eguren

Ante la serpiente cabal o el mismísimo horizonte

Límite ubicuo y tan humano como nuestro límite

Constancia de aquel efímero y cotidiano equilibrio

Cabeza – boca – fauces – larguísima lengua viperina


©Pedro Granados, 2025



martes, 4 de febrero de 2025

Retorno a la fábula/ ¿Alonso Cueto?

 


“[Pedro Granados] Se distingue de varios de los otros jóvenes –pienso en Escribano, Mazzotti, Chirinos, Ollé, etc.– por su a veces efectivo retorno a la fábula, la alegoría y la metáfora, recursos casi ausentes en la poesía joven, que confunde el renglón con el verso”

[¿Firmado por Alonso Cueto, uno de los usuales críticos de la sección “Apuntes”?]

Dominical. Suplemento de El Comercio, Lima, 12 de junio de 1983, pag.15

Director: Francisco Miró Quesada Cantuarias

Papelito encontrado hace poco en mi archivo.  P.G.


martes, 28 de enero de 2025

No soy cristiano

 



No soy cristiano

No soy judío

No soy musulmán

Tampoco budista

Ni hinduista

Ni de  aquella religión por venir

Soy un devoto de la poesía

Según Adán de la Fuente

Orgasmo de Dios

Hecho para cisma


© Pedro Granados, 2025


lunes, 20 de enero de 2025

POESÍA 1978 – 2018 (COLOFÓN)

 

Respecto de En la estratósfera con animales imagino que, un tanto al modo de Pound o de Eliot, y no menos de César Vallejo, me he orientado por lo siguiente:

Cualquier obra de arte es una mezcla de libertad y orden. Es perfectamente evidente que el arte oscila entre el caos, por un lado, y la pura mecánica, por otro. Una insistencia pedante en el detalle tiende a excluir la forma esencial. Si se mantiene con firmeza la forma esencial se hace posible una libertad en los detalles (Ezra Pound); El arte es una evasión de posiciones fijadas; una oportuna evasión de una norma… (T.S.Eliot); la técnica: pone siempre al desnudo lo que, en realidad,  somos  y  adónde  vamos (César Vallejo).

Digo un tanto porque, por otro lado, el mito en mi poesía no se halla pasteurizado, tal como sí sucede en Pound; también, aunque en apariencia luzca lo contrario, en Whitman (“maestro de atletas” y trashumante “hobo”) e incluso –alguien tan “cerebral” como Pund– en el autor de Altazor.  Altazor que apostaría por la paulatina descorporeización (metafísica occidental); mientras Vallejo lo haría exactamente por lo opuesto: la inclusión de todos los cuerpos posibles (metafísica amerindia o multinaturalismo). Pound y Huidobro encandilados y casuales ante el chorro de sus propias imágenes “automáticas” (Imaginismo).  Pienso en un Huidobro en tanto intersección entre Whitman y Pound.  Por otro lado, concuerdo en lo que Paz piensa de Eliot: arte del palimpsesto de la tradición occidental o clásica.  Por lo tanto, hallamos también aquí al mito ya fallecido, aunque se nos muestren unas buenas imágenes en transparencia o un sugestivo video de ello; y, en realidad, únicamente nos quede un repertorio con las citas o las huellas del original.  De modo análogo, en Pound, Whitman, Huidobro, Eliot y el propio Octavio Paz, sólo nos queda una honesta voluntad de aura y de estilo.

¿Qué significa aquello de que compruebo que en mi poesía el mito no se halla pasteurizado?  Que éste se da en bruto y está vivo; aunque no sea explícito o didáctico ni tampoco, sería algo execrable, meramente decorativo.  Es decir, el mito es acólito de sí mismo y crea archipiélago; aglutina, tal un real y activo agente, comunidad.  En suma, no intenta desatar sólo alguna particular emoción, sensual o política, sino que ambiciona constituirse, asimismo, en un mediador conceptual amerindio averseas y transversal a cualquier lengua.  En la estratósfera con animales, finalmente, induciría una manera correcta y reparadora en su recepción.   Una lectura, semejante también a Trilce, y aunque resulte paradójico tratándose aquel poemario de 1922 de un texto de “vanguardia”, más feliz que otras; evado, adrede, los términos: “adecuada” o “pertinente”.  Justo en este sentido, Vallejo no será Whitman, no intentará corroborar en su poesía las ideas de Rousseau; ni será Pound porque la energía del “Cholo” no es sólo para iniciados; es decir, más bien lo acerca que lo aleja de la gente.  Tampoco será Eliot porque frente a la poesía a la cual el autor norteamericano rinde culto, Vallejo de tanto ser poeta dejó de serlo.  Mucho menos, Vallejo es algún “pequeño Dios”.  Ni siquiera Emerson quien, a la larga como Descartes, escinde pensamiento (cultura) de cuerpo.   Vallejo es un poeta sin  membership.  Siendo el club de Pound, como sabemos, mucho más excluisivo que incluso los 100 de Harold Bloom.  P.G.


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