ENLACES PREVIOS CON LA POESÍA DEL ECUADOR:
miércoles, 23 de agosto de 2023
martes, 22 de agosto de 2023
Trilce, Relecturas
Granados_INTI_97-98 (2023) 451-455
TEXTO RELACIONADO:
“La crítica de Ortega no reproduce ventrílocuos, como las de sus contemporáneos Antonio Cornejo Polar o Ángel Rama, porque es de ida y vuelta; es decir, es refractaria al que la ejerce: reservas, reticencias, tanteos van de la mano con las certezas siempre bien urdidas y documentadas. La metodología de su crítica consiste, pareciera, en una productiva disposición sobre el tablero; lectura proyectiva, diríase más atenta a la sintaxis que a las palabras, a los paradigmas que a las frases definitivas. Aunque, a simple vista, su constante experimentación con el lenguaje (batir el cobre en procura de destellos en lugar de epítetos) parecería contradecir lo que vamos exponiendo” P.G.
César Vallejo: la crítica del porvenir
lunes, 21 de agosto de 2023
[No hablo portugués tampoco quechua]
A Rodolfo Fuentes
No hablo portugués tampoco quechua
No son necesarios
Como tampoco lo es
Me valiera del español
A mi hermano Germán se lo debo
“me obligó a emplear un lenguaje particular
para comunicarme con él”
Y este lenguaje, ningún otro, es el que manda
Y el que se queda
Y el que nos justifica ante el más allá
Y la naturaleza del más allá
-“Es la única persona que usted ha amado”
Detuvo mi discurso el psicólogo
Que por la década de los 80′
Nos atendiera en la Lima de Sendero
Y de los infames grupetes de poesía
De la época
Arribistas de toda laya
Confundidos hasta la médula
Manipuladores hasta el día de hoy
Tal como la crítica local adepta
A ese régimen
Sin embargo, me acompañaron las muchachas
De algún modo todas ellas burguesas
Aunque en el fondo procurara siempre
A las no burguesas
La cosa es que nos quedaba una tarea pendiente
Un trámite que acaso de modo tangencial
Ya hemos ido sorteando
“El poeta más odiado del Perú”
Soy entre mis paisanos y a mucha honra
De vidas fallidas o no es de lo que se trataba
¿Queda acaso alguna duda?
De lo que de antemano y no tan en el fondo
Siempre se trató
La poesía atraviesa transversalmente las lenguas
Y todos nuestros problemas
Aunque se entretiene ante nuestras humanas alegrías
Y ante nuestra “sombra” que no conocemos
Ni ameritamos lo necesario
Ante nuestras ganas e intentos de decir
Que en tanto encarnados
Son de por sí más que suficiente
ENLACE RELACIONADO:
http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2017/10/18/el-poeta-mas-odiado-del-peru/
martes, 8 de agosto de 2023
Poesía brasileña actual: Librerías de SP
lunes, 31 de julio de 2023
TALLER PARA POETAS
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Algunos comentarios sobre la poesía de Pedro Granados:
La poesía de Pedro Granados es el hilo de habla que emerge de una herida en el cuerpo del lenguaje español. Habla que es hilo de vida, huella de sangre, texto de la voz que borbotea con asombro y convicción. Estos poemas [Roxosol, 2018], por lo mismo, palpitan en cada sílaba, con sobriedad y desnudez, o con la dignidad que hay en la desnudez que recibe la palabra viva del poema como una rama de fuego arrancada de la voz. Esa palabra en carne propia reverbera en la intimidad de una conversación en la que la confesión y la súplica, la oración y la convocatoria, se suman, con ardor y sed, para que el poema sea una historia de vida, una breve memoria de la muerte viva. De allí la demanda que nos impone el poeta. Es una demanda de pasión vital y ardor verbal. Aun cuando el lenguaje sólo puede dar cuenta de la fragilidad y fugacidad del tiempo presente, el poema demora ese ardimiento, ese brío del habla en el coloquio. Como si la poesía fuese capaz de concedernos todavía verdad y piedad. Julio Ortega
La pregunta por la poesía peruana, si no la de toda nuestra región, coincide con la pregunta por Pedro Granados. De qué otra manera podríamos explicarnos el fervor por la vida –entiéndase poesía– que suscita cuando lee sus poemas o cuando explica, por ejemplo, la obra de su compatriota César Vallejo. Ningún otro poeta que conozcamos plantea el asunto como lo hace Pedro Granados. La mayoría, desde un empaque de seguridades (entre esto la prensa solícita en captar y comunicar novedades) termina en incertidumbres, soliloquios o descrédito (y desafuero) incluso del pensamiento en sus poemas. En cambio, en la poesía del peruano, ocurre exactamente lo opuesto, desde un empaque de fragilidad o murrmullo, su texto echa mano de las múltiples dimensiones que somos y entre las cuales nos movemos y poco a poco (segundo a segundo) termina reconstruyéndonos. Levanta la piedra que somos, la lengua de agua ávida que somos. Vivimos para que nos beban, existimos para la compañía, de antemano somos una orquesta (los estudiosos hablan de una red) de seres que circulan del día a la sombra; aunque de cara inequívocamente al sol. Todo esto nos lo hace recordar, mejor dicho, lo sabe encarnar la poesía de Pedro Granados. Agua volcada de la noria, rueda escapada de la carreta de la poesía actual de nuestro continente. Bruno Melo Martins
Res, el más reciente poemario [inminente] de Pedro Granados, es la apuesta de quien desde Sin motivo aparente (1978) ha fraguado un camino aparte de bombos y comparsas en la poesía peruana. Arte poético que se ha destilado a punta de ritmo, pensamiento y una singular mirada. Catalejo hecho con las propias manos al que ahora mismo los lectores podemos asomarnos, pero no para encontrar los fuegos fatuos del lenguaje, que suelen deslumbrar a la academia absorta en la agenda teórica de moda, ni para ganar el aplauso de los nuevos militantes de la poesía social, tan ávidos de respuestas de cara a la coyuntura. Sin falsas certidumbres ni vanaglorias pasajeras, estos poemas nos hablan con una voz que percibe el mundo con lucidez, emoción y desconcierto. Como un acto de amor, los poemas de este libro nos reafirman en el deseo y nos recuerdan que la poesía es también una forma de fervor por el mundo, atónitos los ojos y abiertos el corazón y las manos. Carlos Eduardo Quenaya
miércoles, 26 de julio de 2023
SINAIS DE SATURNO
La pregunta por la poesía peruana, si no la de toda nuestra región, coincide con la pregunta por Pedro Granados. De qué otra manera podríamos explicarnos el fervor por la vida –entiéndase poesía– que suscita cuando lee sus poemas o cuando explica, por ejemplo, la obra de su compatriota César
Vallejo. Ningún otro poeta que conozcamos plantea el asunto como lo hace Pedro Granados. La mayoría, desde un empaque de seguridades (entre esto la prensa solícita en captar y comunicar novedades) termina en incertidumbres, soliloquios o descrédito (y desafuero) incluso del pensamiento en sus poemas. En cambio, en la poesía del peruano, ocurre exactamente lo opuesto, desde un empaque de fragilidad o murrmullo, su texto echa mano de las múltiples dimensiones que somos y entre las cuales nos movemos y poco a poco (segundo a segundo) termina reconstruyéndonos. Levanta la piedra que somos, la lengua de agua ávida que somos. Vivimos para que nos beban, existimos para la compañía, de antemano somos una orquesta (los estudiosos hablan de una red) de seres que circulan del día a la sombra; aunque de cara inequívocamente al sol. Todo esto nos lo hace recordar, mejor dicho, lo sabe encarnar la poesía de Pedro Granados. Agua volcada de la noria, rueda escapada de la carreta de la poesía actual de nuestro continente.
Bruno Melo Martins