lunes, 25 de diciembre de 2023

TALLER DE RITMO 2024

 


Para encontrar tu propio ritmo o ecualizarlo


Taller de poesía online por cuencas culturales: “para encontrar tu propio ritmo o ecualizarlo”

Caribe, para sacudirse de Pablo Neruda.

Cono Sur, para que en nuestro contrato con el lector no intentemos, desde un principio, pasar por tipos listos.

Brasil, para que nuestro performance (cuerpo y ritmo) aterrice mejor en nosotros mismos y luego, y con más potencia, en el papel u otro soporte a través de la escritura. No estamos conminados a la poesía de autoayuda (“acción poética”); ni, tampoco, limitados a trascribir en portunhol selvagem.

Andina, para que leamos en su real expresión, de modo gozoso, a nuestro César Vallejo.

Amazonía, para sacudirse del espejismo y culto de los medios –exotismo, multiplicidad de lenguas u otros mimetismos– y optemos siempre, más bien, por las sensibilidades (ejemplo, la poesía “en español” de Luis Urteaga Cabrera); estas últimas nuestra lengua común.

Latina (USA), para que dialoguemos más fluidamente con las demás cuencas culturales; y descubramos que nos ligan más afinidades que nos separan aparentes diferencias.

España, para que una vez superadas la “poesía de la experiencia” y la “poesía de la conciencia” y la “poesía de la chocolatina”, etc., tomemos distancia y percibamos todo aquello como desde otra margen, la de América Latina.

México, porque no todo fue Octavio Paz ni todo debe ser ahora infrarrealismo o un Bukowski, no de sótano, sino de vitrina.

En español, portunhol selvagem, spanglish y un largo etcétera.

Contacto: vasinfin@gmail.com





viernes, 15 de diciembre de 2023

domingo, 3 de diciembre de 2023

El pratí

 

Desde antes del desayuno, se puso a hablar en pratí y no regresó más. -Kas ves ta guru guru, -bo coró coró, fueron algunas de las frases o glosolalias a las que mi mujer había echado mano. En un principio, este lenguaje fue difícil incluso para Mique, nuestro tan inquieto perro, que había pasado una noche particularmente agitada con los cohetes y cohetecillos de alguna festividad en el radio de un kilómetro o más de nuestra, aunque pequeña, cómoda casa. Desde hace un año habitábamos en Lagunas, distrito de Mocupe en Lambayeque. Los lugareños nos identificaban como aquella pareja que vivía en la huaca o la huaquilla porque, sin soslayar las pálidas huellas de un intenso huaqueo en la zona, vivíamos un tanto en plano alto, sobre una discreta loma desde donde se podía escuchar con claridad el mar y percibir, un tanto a lo lejos, si las olas lucían verdes, azules o con el denso color de la tierra. Entre mi esposa y yo, el pratí era nuestro lenguaje íntimo --aquel que no sale del estrecho cubículo de la cuita o del amor--, la cual de un momento a otro se levantara de la cama y se pusiera a dicharachear en ese idioma era lo que llamaba la atención. Para ir sin rodeos, ni Mique, nuestro perro, ni yo entendíamos algo más allá de darle bola al asunto. -ves to que mi, --aru aru; eran algunas otras frases arrojadas por ahí, algunas de las cuales yo podía seguir y con pudor responder; aunque en lo íntimo experimentara la zozobra de la revelación de un secreto, de algo privado hecho público. Sin embargo, traté de continuar el plan que ya nos habíamos trazado para esa mañana. Un par de días atrás acordamos que el viernes, luego del desayuno, daríamos una caminata --de unos cuarenta minutos, más o menos-- hasta la boca toma; hermoso estuario que junta al río Zaña con las siempre insomnes aguas del mar de Lagunas. En realidad, aunque meses ya viviendo en la zona, era recién nuestra segunda visita a aquella boca toma; la primera fue siguiendo las voces del pueblo que ya nos habían hablado de aquel lugar, mítico por sus enormes langostinos. Sin embargo, ni procuramos ni fuimos hasta allí preparados para capturar algunos de estos sabrosos bichos. Sólo seguiamos el rastro de la arena mojada por la prendida marea, de las piedras vomitadas la noche anterior por el mar, del viento que continuaba dándole alas a aquellas íntimas confidencias de mi querida esposa . -tura manu, -socio lele, -nana guanaba, entre algunas otras, aunque ahora de un modo más continuo y enfático; es decir, más público, sonoro y claro mientras nos íbamos aproximando a aquel luminoso y sereno estuario. Ante cuya orilla mi esposa de pronto se detuvo y nos juntó, a Mique y a mí, muy cerca suyo. Formábamos los tres, ahora reunidos con todo el cercano y lejano entorno, una abigarrada multitud donde la luz del sol junto con el aliento de las olas nos atravesaban como si de una puerta abierta se tratara. -Owababa, -yiyu enoku, -a veces sale a caminar, -esta mujer se halla siempre entre las oquedades de la orilla, pero a veces quiere salir a caminar.

© Pedro Granados, 2023


viernes, 1 de diciembre de 2023

El mejor poema peruano de los últimos cien años


[Ciego por unos instantes veo]

Ciego por unos instantes veo

La poesía por todas partes

Bulbos flores palacios iluminados

Tal como nuestros padres

Incautamente la imaginaron

O una enorme vagina

Con guillotina al ristre

Tal como y desde  no hace mucho

Muchas poetas la conciben

La confusión se agrava

En nuestros tan colonizados países

Los poetas peruanos quieren ser argentinos

Los cuales se han esforzado en ser británicos

Los poetas dominicanos quieren ser españoles

De cepa pura

Cuando estos últimos hace tiempo

Perdieron el rumbo de su lírica

Generación Nutella o de la chocolatina

Denominaríamos a la más reciente de sus promociones

Si no sobrepujaran queriendo tomar este lugar

Asimismo  otros nombres

De la experiencia  de la conciencia

Junto con el de la chocolatina

La ética nos tiene irremediablemente cogidos

A todos y cada uno

La moral del Norte heredera de calvinistas

Y calvos a modo de sabios o sabihondos

Acaso sólo el Brasil se salva de  todo esto

Porque desde el pasado más remoto

Se la pasa en éxtasis

Y no escribe sino que baila en imágenes

Que devuelven  sin pausa otras semejantes

Chorro acompañado siempre

De una u otra contagiante canción

A los Andes corresponde poner en letras de molde

El remolino de hojas de paños de olas

De  juego de piernas y amagues sin fin

De  la extática poesía do  Brasil

Uruguay se casó con una idea del honor

Porta estandarte previo a cualquiera de sus versos

Fijos dalgos de ojos vendados

Derecho al más obtuso de los  despeñaderos

Bolivia, ice cream del mundo

Aunque de una sola bola

Porque el helado de dos

Continúan  siendo los Himalayas

Paraguay, agua para atragantar  la sed

Y cotidianidad para aburrirse sin medida

Estados Unidos, el modo más absurdo

De perder el tiempo de la mente y trocarlo

Por supermercados satisfechos

Venezuela, …

Colombia, cuya poesía de delicados ademanes

Trastocara para siempre Raúl Gómez Jattin

Ecuador, un porfiado pasillo

Chile, territorio de poetas vencedores

Y que por lo tanto ignoran

La decisiva voz de la derrota

El Panamá y la poesía no publicada en libro

De los Kuna

Centroamérica, equivalente a Fuente Vaqueros

O Santiago de Chuco, tierra del indio Rubén Darío

A quien sin embargo hemos leído

Como si de Antonio o Manuel Machado se tratara

A todas las bestias y sus bostas de poesía

A nuestras estoicas aves de rapiña o aunque sea de corral

Que no han cesado de volar o intentado elevarse

A todas las mujeres hermosas de América Latina

Porque todas lo son

Al río que oculta y es frío

Al sol que no oculta y resulta abrazador

A esas calles breves entrecruzadas y populosas

Donde  hallé  mi destino

Como si de un beso del sol mismo se tratara

Como si una inundación en  los ojos fuera

Como si un perfil humano tornado

Ovejo pantera buitre estrella

Y seguiríamos sumando

Como si en ello precisamente consistiera

 

©Pedro Granados, 2023


viernes, 24 de noviembre de 2023

SUDAMERINDIOS

 


Foto por Pedro Granados, 2023

[En el Ecuador hay lugar todavía]

En el Ecuador hay lugar todavía

Para el toque de anís en las comidas

Y para el saludo de cortesía

En la vía pública

Sin embargo y muy pronto

Ambas cosas serán arrasadas

Por un baño de realidad

Uno no puede andar por ahí así

Indefinidamente

La poesía troca por auto exigencia

La autenticidad de las canciones del campo

No es necesaria ni tampoco es tal

Ni la idea de un “puente” cultural o musical

A JMA le quedó corta la teoría

En vez de “puente” o mediación

El mascarón de proa del montaje

Es lo más genuino desde Trilce

No le alcanzó la teoría pero sí la poesía

Lo legal lo puro lo esencial

Siempre con su guiño travieso

Trilce es el actual canto en quechua o en aymara

Nuestro más íntimo jopará

Un baño de realidad empieza siempre

Con una escrupulosa limpieza de oídos

Así que adiós a los desorejados

A los albaceas de otros que pensaron antes

Por nosotros

Adiós a los amos de llaves

Y funcionarios del sentido común

Los andes se revuelven entre sus cantos

Con un exceso de especería

Y delicados aromas a romero o anís

La poesía es sólo un tablero de sal desnudo y liso

Sobre este liviano marco dejamos nuestra entraña

La audacia y técnica de nuestras rápidas huellas

Un horizonte díscolo donde no caben intermediarios

Y donde se baila sin zapatillas ni tijeras

Ni otras luces cocidas contra nuestra pechera

Más altas o distintas al ocaso

[Sobre los cuatro mil]

Sobre los cuatro mil
metros de altura
te escribo. Sobre
las treinta mil
personas que he visto
en el camino.
Inhóspito el aire
para la poesía.
Enorme atalaya es ésta
para el control de
vidas y almas
y sexualidades.
Toda Bolivia se halla
en el ropero. También
el Perú. Y probablemente
el completo casco andino.
Encerrados en el ropero
de nuestros deseos
y de nuestra aplazada dignidad.
Un gigantesco amaru se ahoga
por la dura costra
que lo separa de la superficie.
Un flamante neumático
ahora mismo lo pisa.
Ver y correr y ser derrotado
enésimas veces.
En qué onda
pillar el aire.
A través de qué escondrijo
palpar finalmente tus piernas,
tu culo redondo,
tu espumosa vagina.
Todos somos salvos.
Todos somos inocentes
sobre tan rígido ice cream del mundo.
Ni todas las muecas del diablo pueden disimular
nuestros dientes de leche.
El mundo andino pasa todo
por un agudo periodo de refrigeración.

[El Paraguay constituye para nosotros]

El Paraguay constituye para nosotros
Un baño de caca en el lago de Ypacaraí
Inmersión lenta
Bautizo igual de lento
Desde nuestros pies blasfemos
Sobre el lecho de sus aguas
Hasta nuestra barbilla que comía caca
En aquel mítico lago
El encandilamiento nos llevó allí
Hasta quedar hundidos
Entre aquellas aguas de cuento
E implorar más bien
Por la ducha más próxima
Un torrente que nos arrancara la inconsciencia
Y asimismo la conciencia
Bañarnos en caca fue la broma
De unos vecinos de Ypacaraí
Que nos animaron a zambullirnos
Cómo no
Tal como fue aquella humorada
Que los indígenas gastaran al capitán Aguirre
Sabedores de su creencia en el oro
Hasta justo antes que él y su tierna hija
Y la entera tripulación de su navío
Trocaran en macacos
Post morten
Sin qué ni por qué sobre la desnuda cubierta

Visión de Lima

La ciudad

Debajo de una serpiente herida

La ciudad mi ciudad

Hecha polvo

Mi madre mi padre

Mis hermanos ausentes

Y esta nube de tierra

Y esta serpiente de tierra

Sobre mi atónito

Y silencioso corazón


[Ciego por unos instantes veo]

 

Ciego por unos instantes veo

 

La poesía por todas partes

 

Bulbos flores palacios iluminados

 

Tal como nuestros padres

 

Incautamente la imaginaron

 

O una enorme vagina

 

Con guillotina al ristre

 

Tal como y desde  no hace mucho

 

Muchas poetas la conciben

 

La confusión se agrava

 

En nuestros tan colonizados países

 

Los poetas peruanos quieren ser argentinos

 

Los cuales se han esforzado en ser británicos

 

Los poetas dominicanos quieren ser españoles

 

De cepa pura

 

Cuando estos últimos hace tiempo

 

Perdieron el rumbo de su lírica

 

Generación Nutella o de la chocolatina

 

Denominaríamos a la más reciente de sus promociones

 

Si no sobrepujaran queriendo tomar este lugar

 

Asimismo otros nombres

 

De la experiencia de la conciencia

 

Junto con el de la chocolatina

 

La ética nos tiene irremediablemente cogidos

 

A todos y cada uno

 

La moral del Norte heredera de calvinistas

 

Y calvos a modo de sabios o sabihondos

 

Acaso sólo el Brasil se salva de todo esto

 

Porque desde el pasado más remoto

 

Se la pasa en éxtasis

 

Y no escribe sino que baila en imágenes

 

Que devuelven sin pausa otras semejantes

 

Chorro acompañado siempre

 

De una u otra contagiante canción

 

A los Andes corresponde poner en letras de molde

 

El remolino de hojas de paños de olas

 

De  juego de piernas y amagues sin fin

 

De  la extática poesía do  Brasil

 

Uruguay se casó con una idea del honor

 

Porta estandarte previo a cualquiera de sus versos

 

Fijos dalgos de ojos vendados

 

Derecho al más obtuso de los despeñaderos

 

Bolivia, ice cream del mundo

 

Aunque de una sola bola

 

Porque el helado de dos

 

Continúan siendo los Himalayas

 

Paraguay, agua para atragantar la sed

 

Y cotidianidad para aburrirse sin medida

 

Estados Unidos, el modo más absurdo

 

De perder el tiempo de la mente y trocarlo

 

Por supermercados satisfechos

 

Venezuela, …

 

Colombia, cuya poesía de delicados ademanes

 

Trastocara para siempre Raúl Gómez Jattin

 

Ecuador, un porfiado pasillo

 

Chile, territorio de poetas vencedores

 

Y que por lo tanto ignoran

 

La decisiva voz de la derrota

 

El Panamá y la poesía no publicada en libro

 

De los Kuna

 

Centroamérica, equivalente a Fuente Vaqueros

 

O Santiago de Chuco, tierra del indio Rubén Darío

 

A quien sin embargo hemos leído

 

Como si de Antonio o Manuel Machado se tratara

 

A todas las bestias y sus bostas de poesía

 

A nuestras estoicas aves de rapiña o aunque sea de corral

 

Que no han cesado de volar o intentado elevarse

 

A todas las mujeres hermosas de América Latina

 

Porque todas lo son

 

Al río que oculta y es frío

 

Al sol que no oculta y resulta abrazador

 

A esas calles breves entrecruzadas y populosas

 

Donde hallé mi destino

 

Como si de un beso del sol mismo se tratara

 

Como si una inundación en los ojos fuera

 

Como si un perfil humano tornado

 

Ovejo pantera buitre estrella

 

Y seguiríamos sumando

 

Como si en ello precisamente consistiera

 

© Pedro Granados, 2023


miércoles, 15 de noviembre de 2023

UN ALA

 


Una ala siento y me toca

Va del esternón a mis intestinos

Pienso con ustedes pienso

Aunque sea un uraño

Qué me está pasando

Un sonido opaco agradable

Al interior de mi tórax

Barrunto sucedáneo aleatorio

Son palabras que no uso con frecuencia

Pero se parecen a esta sensación

Y a este sonido

Timbal caja guira

El simple chasquido de mis dedos

Sobre el aire siempre dispuesto

Pulgar contra el cordial para no morir

Mi padre descabalgando de su cama

Para irse no fuera de su cuarto

Sino de golpe al otro mundo

A un otro mundo

Aunque entre los brazos de Germán

Igual que la Madonna con su hijo

Recién recuperado de la cruz

En mis juegos de autista

De la infancia de ahora mismo

Entreví lo que sucedía

Una puerta de viento giratoria me llevaba

Desde aquí para aquí mismo

Aunque yo estaba un segundo antes

A un pestañeo antes

A sólo un pasar de saliva

Poesía que se parece al hastío

Poesía de brazos agarrotados

De un único ojo frontal

Pareciera ser la que escribe

La que ahora mismo escribo

Un aire pesado contra el viento tenaz

Mi propio cuerpo

La mitad entre las dos alas de un ave

Ya sumergido

 

© Pedro Granados, 2023




domingo, 22 de octubre de 2023

[Escribo desde Lagunas-Mocupe]

 


A Charito y su mamá

Escribo desde Lagunas-Mocupe

De lleno ya tomado por la arena

Con la cual coincidimos por carácter

Y acaso también por constancia y paciencia

Soy de lleno el mejor poeta y lector

De toda mi generación

Pero como ocurre con la arena

Esto no se sabe anda lejos

Es ventisca desde la playa todavía

No endiosar a ningún contemporáneo

Acaso sea la máxima siempre a seguir

De otra manera estimaríamos que A. Cisneros

Sólo se ha escondido por un momento

Que Varela fue Lispector

Que Hora zero tuvo algo que decir

Más allá de la ducha

O que la poesía es ahora consejos y advertencias

Tal como monitorea la institución literaria vigente

Todo un bien aderezado botiquín de autoayuda


© Pedro Granados, 2023