miércoles, 1 de junio de 2016

Contra la falsa modestia

Modestia

El mejor poeta del Perú soy yo
No luego de o después de sino
Solo más joven que César Vallejo.
¿Debo esperar lo confirme
Ricardo González?
También, aunque sin proponérmelo,
Sino por necesidad pura
El mejor lector de poesía
Nacido y muerto justo
Más tarde que el cholo.
¿Debo decir amén a lo que no dicen
Los porfiados de El Comercio
O a lo que dicen
El granel de epígonos
De Antonio Cornejo?
¿Debo aceptar mi tiempo
Tan manoseado como está
Y callar?
¿Debo atenerme a mi fama póstuma
Como si fuera fama lo que procurara
Y no aquello a lo cual me avoqué:
Un cernidor para separar
Poesía de charlatanería
Un cedazo, tampoco muy fino,
Para aplicarlo como a un estadio lleno?
Con entraña nací
No sólo con oído
Para dar entre mil
Y simultáneos textos
Con aquello que vale
Y en el formato que estos vengan
Barroco coloquial minimalista
Y tantas mezclas felices
Con tal que las acompañe
Un corazón aguerrido
Así que críticos
Que se ganan la vida
Estando críticos
Poetas que pasan por poetas
Queridos contemporáneos
Algunos muy listos
Que la inteligencia no basta
Que tampoco la religión alcanza
Ni acaso es suficiente
El hecho de  todos haber  sufrido
Una  bala cruza rauda en campo abierto
Y nos derriba.

domingo, 15 de mayo de 2016

Juicio final



I
Luces enamorado antes de partir
La bruma la noche un recuerdo
Son lo único que te ata
Una mirada de frente a tu destino
Mucha vida hubo entre tus manos
Entre tus dedos también
Al escribir
Sobre si aquélla tu enamorada
La que te salvó de la soledad
La que te rescató de la muerte
La que se puso a tu lado
Y te hizo compañía de modo
Incondicionado
Y sin calcular el tiempo

II
Oleadas de pájaros
Del descubrimiento
De lo que amabas
De lágrimas más bien
Involuntarias
Por lo que sentías
Entre tu pie y la mano
Sensibles perceptivas
Y una común lanza profunda
Sangrante
Contra tu corazón
Pero si no has visto nada
De lo que ya miraras
Pero si no recuerdas nada
Por lo de sobrevivir
Que es un olvido
Porque lo de ser  poeta
Consiste en un radical olvido

III
La suerte está echada
El viento levanta  tu cabellera
Tu calvicie precoz
Desde la ventana izquierda
Y desde la otra ventana
Contemplas impávido el apocalipsis
Tu madre te enseñó una eficaz
Oración para sortearlo
Y solo a eso te has atenido
En la vida
Por honrar a tu madre
Que amas y que has amado
Cómo sortear el apocalipsis y
Toda clase de cuadro definitivo

IV
Una oración
Con tu índice y tu pulgar
Juntos
Contra lo que está por venir
La dicha rompiéndote
En mil pedazos
La dicha
Atragantada
Y hasta por las narices
La brisa se sosiega
Y la música cambia
Tu puño cerrado te alcanza
Para guardar el secreto
Un beso que sabrá calmarte
Un abrazo para soportar
El desbordante cariño de todos
Unas  lágrimas transparentes
A través de lo que todavía
No ha sido
Pero seguro va a ser




PEDRO GRANADOS, Lima, Perú, 1955. Ha publicado los poemarios: Sin motivo aparente (1978), Juego de manos (1984), Vía expresa (1986), El muro de las memorias (1989), El fuego que no es el sol (1993), El corazón y la escritura (1996), Lo penúltimo (1998), Desde el más allá (2002), Poesía para teatro (2010), Poemas en hucha (2012) y Activado (2014). Juicio final es un poemario en preparación, del que el presente poema homónimo hace parte.  También ha publicado libros de crítica y algunas novelas.  Actualmente preside el “Vallejo sin Fronteras Instituto” (VASINFIN).



martes, 22 de marzo de 2016

RESIENTES



Índice
1. Y las cosas algunas
2. Definir
3. Sobre el cemento fresco
4. ¡Rompe Saraguey!
5. Deja sonar la música
6. Para Billie Holiday
7. Desamarrarme los zapatos
8. Por consideración con mis estudiantes
9. Bondades del otoño
10. Curso 316 (A John Kronik, i.m.)
11. Salvarse por la salsa
12. Asumimos el reto
13. Ser una exquisitez una hostia
14. La mecha
15. ‘Ante las piedras de riesgo darwineano’*
16. Imaginarme el mar
17. Yo también he recibido
18. La dulzura de sentirte
19. Mar de invierno
20. ¿Nada más pasará?
21. Poeta busca empleo
22. El viaje
23. Paul Gaugin, camino del Gólgota
24. A mi tío Epifanio, i.m.
25. Cuerpo sin dolor
26. Mudo por elocuente el sendero

martes, 8 de marzo de 2016

[Soy un tipo de cuidado]


 
Soy un tipo de cuidado

En principio

No le temo a nada

Ni a ninguno

Y hasta ahora y con un tantico de suerte

He podido escapar

Huir de la mediocridad ambiente

Del arribismo apestoso

Del compadraje obsceno

Así que cuídense conmigo

O, mejor dicho,

Con la poesía que me habita

Con mi madre que me habita

Con su decidida y como ilimitada

Delicadeza
 
 

viernes, 4 de marzo de 2016

Todavía en Haití


I
Escuchando creole en la habitación de al lado
Presuponiendo
Un lenguaje que lo penetra todo
Hasta mis pensamientos más ocultos
Lo no declarado
El secreto
Lo que ocurrió aquella
Primera noche
Entre mis ojos extáticos y su clítoris
Engastado
Sobre una rosa oscura y de terciopelo
Piel sin fronteras como el universo
Brillante de tan moreno
Y de tan obediente al placer

II
No hemos concluido con Haití
Apenas comenzamos
A amarlo
Apenas es que aprendemos
El arte de desaparecer
Y de resucitar
A voluntad
Entre las cosas y los animales
O frente al espejo

III
Aunque mirada como la nuestra
No la van a  encontrar
Hallarán el cuerpo
Nuestras huellas digitales
Pero nuestro amor se queda en Haití
Entre sus nalgas marditas
Y nuestra boca esclava
Entre sus pechos de tempestad
Y la playa sobre la que despertamos
Con una gruesa cicatriz en la mejilla
También
Y los ojos atónitos
Y los labios pensantes
Y loros y sombras y fieras
Alrededor nuestro
Vivo autorretrato de Paul Gauguin
Pero aquí mismo en el hotelito Independencia
–sobre el satélite de la  Zona Colonial de Santo Domingo–
Y a horas de regresar al Perú


http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2010/08/18/paul-gaugin-camino-del-golgota/

sábado, 13 de febrero de 2016

[“Mano de Piedra” Durán]



“Mano de Piedra” Durán

dando el paso definitivo

hacia el cuerpo de “Sugar” Ray Leonard.

Podía evadirse podía no arriesgar

y especular con el empate.

Pero lo intentó todo

y por eso triunfó.

No sobre Leonard, el chico de color

y pelo de pasa,

el confundido y tierno Ray.

Sino sobre sí mismo

y el mundo.

Lo de Durán fue una estocada

a su pobreza y a la miseria de todos.

“Mano de Piedra”

con el puño en alto  hacia la muerte.