Viajar ya no es necesario
Luego del covid 19 el ser humano
A retornado a ser lo que siempre fue
Una única cosa con apariencia de muchas
Un único o completo pulmón
Al setenta por ciento menos
De su real capacidad para maquillarse
Y estar al cien por ciento de algo
Respirar follar desplazarse
Existir en suma
Así que la película se nos quemó
Y al caldo le añadieron sin pudor
Más agua frente a nuestras narices
Justo cuando nos disponíamos a partir
A visitar a perdernos a hacer nuestro
Aquel lejano y tan distinto paisaje
De losetas pulcras y mudas
De gentes adosadas a sus colosales edificios
Donde cada una ellas constituye en realidad
Un aviso mucho más elocuente y anónimo
Que la pareja de la pared junto a su menor hijo
La cual acaba de conocerse y juntar
Para el comercial que ahora mismo
Captura y envuelve los edificios
Y los transforma en larvas desde lo alto
Y no menos desde este portal
Que escribo entre el tronar de los parlantes
De mi modesto hotel en Santa María de Nieva
Y los recios motores de un taller cercano
Que pareciera quedar aquí mismo
Y al compás de unas trajinadas y como desvencijadas
Hélices que me dictan estos versos
Un pulpo de ventilador detenido al constatar
Que no hay dónde ni objeto en tratar de llegar más lejos
(De “Enredadera”, poemario in progress)