Como el perro que a veces
Saca sus ojos de perro
Y su hocico de perro
Y su pichula de perro
Así mismo te amo yo
Te agredo yo
Y desaparezco
Luego de tocar la luna
Una exaltación y un extravío
El tuyo
El mío
Nuestros hocicos de luna
Nuestras narices de muerte
Gritos contra la soga la varilla el cable
De arrastrar elefantes o navíos
Esta pesadísima espera
Me reviento contra el aire
Contra el reposo
De haber sido hasta esta hora esto
Una guitarra no hace dos tambores
Y tu voz es la que decide ahora mi suerte
Una navaja un pétalo de azucena corta
Todo lo que en esta vida nos ha ido atando
Y nos ha secuestrado
Un ejército un beso el nuestro una mutua mirada
Extendiéndose rápido y mucho más hondo que el aceite