lunes, 1 de marzo de 2021

“Fermento[s] de sol”: Antología imaginada de poesía en español selvagem y portunhol trasatlántico

 

A Wilson Bueno (1949 – 2010)

“Sou, ou penso que sou, um escritor de fronteiras — literal e figurativamente… Estou sempre na fronteira. Sou um escritor de fronteiras e também um ser humano na fronteira entre o pasmo de viver e o sagrado horror à morte, essa pantera” (W.B.)

Por nuestra parte, vinculamos a Bueno con Vallejo en tanto escritores ciertamente multi fronterizos.  Aunque este último, más bien, no sólo entre geografías o culturas o lenguas; sino, además, entre distintas nociones o paradigmas de las Humanidades. De aquí la complejidad u opacidad de ambas obras.

Se antologan versos, también poemas y, asimismo, breves textos críticos sobre la producción de América Latina entre 2000 y 2020.  Tanto de poetas individuales y reales o, aunque constituyan aquí los menos, colectivos e inventados.  También, incluso, poemas traducidos al español (Ej., Sasha Reiter).  La presente antología  se halla conectada, por un lado, con anteriores compilaciones nuestras sobre poesía peruana; tales como: “Poesía postvallejiana” (2018), “¿Poesía peruana del Bicentenario?” (2016), “Perú” (Revista Arquitrave, 2007)  y “Los poetas vivos y más vivos del Perú” (2002). Por otro lado, con lo que hemos publicado anteriormente sobre poesía brasileña reciente.  En ambos casos, incorporando también los productos de nuestro trabajo de campo (talleres de creación literaria en Lima, Foz do Iguaçu, Cochabamba, Rio Branco, etc.), el cual dio como resultado diseños o prototipos de poetas no individuales, sino colectivos y de existencia no real, sino virtual. Asimismo, a nuestros panoramas sobre poesía reciente panameña, mexicana, dominicana, boliviana, ecuatoriana, etc., también los hemos incluido.  Por último, y en tanto el presente trabajo incorpora además la selección de “breves textos críticos”, figuran aquí algunas de las reseñas o notas o breves ensayos que –paralelos al tiempo que compendia la presente antología– hemos dedicado al tema en libro o en nuestro ya “veterano” blog.

http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/wp-content/uploads/sites/97/2021/03/FermentoBlog.pdf




jueves, 18 de febrero de 2021

PASAMAYO (cuarto poema)

 

[Un poco de sol dentro de otros]

Un poco de sol dentro de otros

Dentro de otro

Una masa un búfalo una bocaza enorme

Tan sedienta

Tal como Jonases dentro del sol

Entonces

Dentro de aquella tan íntima estrella

Ver mis plumas salir

Allí

Ver mis branquias brotar

De a pocos mostradas al aire

Ver mis penes múltiples

Mucho más vivos

Por nuestra cintura estrecha

Que cuando nos referimos

Al vuelo humano

No nos queda sino más remedio

Que recurrir a la imagen de las alas

Así que en verdad no hay pene alguno

Ni vulva alguna

Y edad ninguna

Sino una forma de lava del amor

En múltiples amores desbordada

Sino una suerte de cuenco de olla

De denso y tupido abismo

E irrefrenable deseo

He muerto así es la muerte

Y sólo la muerte porque ya no es la vida

Una muerte que debe morir que quiere

Con urgencia morir

Precipitadamente morir

Morir y morir para siempre

 © Pedro Granados, 2021


lunes, 8 de febrero de 2021

[Um animal]/ Amálio Pinheiro (trad.)


 Um animal

Alcança uma linda flor

Uma palavra escutada

Enterrada entre a poeira

Inabitável por agora

Uma palavra que te possibilitou viver

Em meio à humilhação

E o desamparo

Uma palavra retorcendo-se muda

Dentro do lodo

Dessa folha um fruto o ramo a árvore o mundo

Tudo isso orfandade

Uma palavra saída da tua boca

E contra nosso peito

Dardo e tocha fumegantes

Uma palavra que é deste mundo

Ou de qualquer outro

Embora intensamente vivida

Incandescentemente vivida

Melhor diríamos agora

Uma rede inflamada

Cobrando-te de cabo a rabo

Para sempre

Pedro Granados, A mirada (São Paulo: Escombros Editorial, a publicarse próximamente). Versión de Amálio Pinheiro*


[Un animal]

Un animal

Llega hasta la más bella flor

Una palabra escuchada

Enterrada entre el polvo

Inhabitable por ahora

Una palabra que te permitió vivir

Entre el absurdo

El  desamparo

Una palabra retorciéndose muda

En medio del lodo

De la hoja el fruto la rama el árbol el mundo

Todo ello huérfano

Una palabra salida de tu boca

Y contra mi pecho

Dardo y cigarro humeantes

Una palabra que es de este mundo

O de cualquier otro

Aunque intensamente vividos

Incandescentemente vividos

Mejor diríamos ahora

Una trampa una red inflamada

Cobrándote de cabo a rabo

Para siempre

Pedro Granados, La mirada (Buenos Aires: 2020)

*Amálio Pinheiro é poeta, tradutor e professor no Pós-graduação em Comunicação e Semiótica da PUCSP. Coordena o Grupo de Pesquisa “Barroco e Mestiçagem”, onde se investigam as relações entre as áreas de literatura, comunicação e cultura na América Latina, ao mesmo tempo em que se experimentam modos de conhecimento não dualistas para o continente. Tem produzido ensaios e traduções comentadas de autores da Espanha, da América Latina e do Caribe. Desenvolve pesquisas sobre as relações entre a memória cultural, as artes e as ciências não clássicas, com ênfase nas conexões e ramificações entre voz, poema, corpo, séries culturais e paisagem urbana, que se desdobram aquém das dicotomias entre sociedade e natureza. Publicou, entre outros, “César Vallejo: o abalo corpográfico”, “César Vallejo a dedo” (tradução) “Aquém da identidade e da oposição. Formas na cultura mestiça”, “Nicolás Guillén: Motivos de son“, e “Rafael Alberti: Sobre os anjos” (tradução), “América Latina: barroco, cidade, jornal”, “Tempo Solto” (poemas).


martes, 26 de enero de 2021

PASAMAYO (tercero)

 

[Si me fuera ahora o ya me hubiera ido]

Si me fuera ahora o ya me hubiera ido

El español me acompaña

El español del Arcipestre de Talavera y el de mi madre

Nacida en Lampa de Parinacochas

Más bella que el lucero que el agua que rompe

Para alcanzar a hablar conmigo

Hemos vivido para amar

A regañadientes equivocados tan dispersos

Pero para amar

Déjame que me ponga la voz

Déjame que encaje con la lengua

Que la haga parir para ti

Para ti solito

Y te arrastre desde el barquillo de helado

En que te has convertido

Tan de repente

Y te lleve con aquella voz los brazos

Las piernas ya para qué

Te lleve el entendimiento y el corazón

Preciosos en sí mismos y ahora

Ciertamente asomados cristalinos bullentes

©Pedro Granados, 2021


Tercer poema de PASAMAYO:

domingo, 17 de enero de 2021

Poetas del Perú (y alrededores)

 

Emilio Adolfo Westphalen, buena poesía para adolescentes, índice de edad o de permanente condición.  No se atreve a encandilarse consigo mismo, con su propio metro y con su propia voz, y delega a que recite el lector.  Actitud muy vieja en empaque surrealista.  Escuela para olvidar pronto.

César Moro, su contertulio André Breton es mucho mejor.  Poesía para “aguantados” como lo es la inmensa clase media limeña; la cual, de facto, es la minoría que siempre ha leído.  Muy de vez en cuando, arroja la tinta de sus pinceles directamente al aire y hacia la noche, entonces acierta.  Aunque, por lo general, el formato manda, el soporte le ordena.  Aun así, es mucho mejor que Westphalen.

Javier Heraud, murió justo cuando todavía se encontraba en el intersticio entre su ser real y el de la ficción.  Su gesto ético, aquello de morir a los 21 por los ideales socialistas cubanos, nos deja mudos.  Su gesto poético, en cambio, sí nos permite articular que no superó a Antonio Machado ni salió de las homilías de la iglesia del barrio o de su colegio.

Jorge Eduardo Eielson, testigo de la Poesía, cómo no.  Heredero directo de Martín Adán; de aquellos versos de este último: “[Poesía] De Dios que cayó en orgasmo/ Haciéndolo para cisma”.  Sus esculturas enterradas, de modo paralelo a su “secreto” oculto entre sus voluptuosos “nudos”, brindan cuenta de aquello.  Es el último de los grandes poetas peruanos de raza.  Casi a su mismo nivel va Javier Sologuren; admirador de Eielson porque lo que éste intuía, Sologuren lo articulaba y plasmaba a plenitud. Poeta menor de esta misma generación, de los años 50′, es la muy expresiva y expresionista Blanca Varela.

Antonio Cisneros, constituye el más elocuente fruto de la solvencia e influencia de sus amigotes, también, a nivel de la cultura.

Rodolfo Hinostroza, y su tan personal Comala.  La búsqueda del padre, a lo largo de toda su obra (poesía, ensayo, teatro), trasciende  la utilería y el “tono” de época.  Muy inspirador y recomendable para lectura de los jóvenes.  Juego de acertijos para la gran mayoría, mientras el autor permanece atento al tránsito y  conjunción entre Venus y Neptuno.

Raquel Jodorowsky, a esta autora chileno-peruana alguna vez la leímos y, juramos, que en cuanto podamos la vamos a volver a leer.

José Watanabe, la oralidad de su pueblo natal, Laredo (La Libertad, norte del Perú), le salvó la vida literaria.  Uno de los poetas peruanos más inteligentes del siglo pasado; y excelente administrador también de su propia poesía.  Lo poco que tuvo, que es mucho, lo supo mostrar eficazmente en sus versos.  Cauto.  Obvio, dada esta actitud vital y retórica, le faltó arriesgar.  Se la creyó y le creyeron, pero terminó refugiado en los evangelios; como si estos constituyeran algún tipo de refugio.  Su mesura, su decoro, términos asimismo de la retórica, le pasaron factura.

Eduardo Chirinos, como sus amigos Jorge Eslava o Carlos López Degregori, entre otros de su clan: todos los premios, cero goles.  Producto típico (paradigmático) de las funciones de una institución literaria vigente; en este caso conservadora y con galvanizadas raíces en la PUCP.  Jamás fue un poeta, sí, un esmerado estudiante de Letras.  Junto con Montalbetti y otros, menos conocidos aunque con virus equivalente,  apostaron por –el a su vez inexistente– Antonio Cisneros.  Neblinas de verano de Lima.  Ascos comunes y, a su vez, los mismos modales compartidos.  Espejismos, todavía, de algunos profesores que  tozudamente militan en ciertas nociones restringidas de la vida y de las Humanidades.

Jorge Pimentel y Enrique Verástegui.  Más palabrero uno que el otro; engreídos, ambos, por una crítica siempre en cierre de edición; uno mestizo y el otro zambo. Nada más nos sale decir de ellos.

Pedro Granados,  toda aquella aproximación a la poesía y su crítica en la región –que no tome su obra como referente imprescindible y secuencial a Vallejo, Adán y Eielson– es y será una  verdadera pérdida de tiempo y esfuerzo.  Trabajos de un mala leches o de tonto ocupado.

PD Sería muy ingenuo que un lector o “poeta” no peruano (chileno, español, mexicano, brasileño, norteamericano, etc.) considere que con esta crítica, sólo en apariencia ácida hacia la poesía de mi patria, se han librado y se hayan sus obras, como dicen, de puta madre.  No piensen así


jueves, 14 de enero de 2021

PASAMAYO


[Ciego por unos instantes veo]

Ciego por unos instantes veo

La poesía por todas partes

Bulbos flores palacios iluminados

Tal como nuestros padres

Incautamente la imaginaron

O una enorme vagina

Con guillotina al ristre

Tal como y desde  no hace mucho

Muchas poetas la conciben

La confusión se agrava

En nuestros tan colonizados países

Los poetas peruanos quieren ser argentinos

Los cuales se han esforzado en ser británicos

Los poetas dominicanos quieren ser españoles

De cepa pura

Cuando estos últimos hace tiempo

Perdieron el rumbo de su lírica

Generación Nutella o de la chocolatina

Denominaríamos a la más reciente de sus promociones

Si no sobrepujaran queriendo tomar este lugar

Asimismo  otros nombres

De la experiencia  de la conciencia

Junto con el de la chocolatina

La ética nos tiene irremediablemente cogidos

A todos y cada uno

La moral del Norte heredera de calvinistas

Y calvos a modo de sabios o sabihondos

Acaso sólo el Brasil se salva de  todo esto

Porque desde el pasado más remoto

Se la pasa en éxtasis

Y no escribe sino que baila en imágenes

Que devuelven  sin pausa otras semejantes

Chorro acompañado siempre

De una u otra contagiante canción

A los Andes corresponde poner en letras de molde

El remolino de hojas de paños de olas

De  juego de piernas y amagues sin fin

De  la extática poesía do  Brasil

Uruguay se casó con una idea del honor

Porta estandarte previo a cualquiera de sus versos

Fijos dalgos de ojos vendados

Derecho al más obtuso de los  despeñaderos

Bolivia, ice cream del mundo

Aunque de una sola bola

Porque el helado de dos

Continúan  siendo los Himalayas

Paraguay, agua para atragantar  la sed

Y cotidianidad para aburrirse sin medida

Estados Unidos, el modo más absurdo

De perder el tiempo de la mente y trocarlo

Por supermercados satisfechos 

Venezuela, …

Colombia, cuya poesía de delicados ademanes

Trastocara para siempre Raúl Gómez Jattin

Ecuador, un porfiado pasillo

Chile, territorio de poetas vencedores

Y que por lo tanto ignoran

La decisiva voz de la derrota

El Panamá y la poesía no publicada en libro

De los Kuna

Centroamérica, equivalente a Fuente Vaqueros

O Santiago de Chuco, tierra del indio Rubén Darío

A quien sin embargo hemos leído

Como si de Antonio o Manuel Machado se tratara

A todas las bestias y sus bostas de poesía

A nuestras estoicas aves de rapiña o aunque sea de corral

Que no han cesado de volar o intentado elevarse

A todas las mujeres hermosas de América Latina

Porque todas lo son

Al río que oculta y es frío

Al sol que no oculta y resulta abrazador

A esas calles breves entrecruzadas y populosas

Donde  hallé  mi destino

Como si de un beso del sol mismo se tratara

Como si una inundación en  los ojos fuera

Como si un perfil humano tornado

Ovejo pantera buitre estrella

Y seguiríamos sumando

Como si en ello precisamente consistiera

©Pedro Granados, 2021.

Se publica, con “Ciego por unos instantes veo”, el segundo poema de PASAMAYO (el primero fue “Variante del corazón“), poemario estrictamente de blog.  Por lo tanto, cuyos poemas irán apareciendo directamente en digital y a través de este medio.  Poemas de tránsito, como estamos todos en medio de esta  pandemia, y a ver si se sobrevive y llega al otro lado; al otro extremo de este –famoso por su peligrosidad– tan sinuoso serpentín.


sábado, 9 de enero de 2021

Variante del corazón

 


No creo que haya que reconciliarse con la naturaleza

Éste es un mito estúpido porque todo es naturaleza

Tanto la distopía como la utopía

El empaque mismo en que vienen las cosas

No tengo alma para los cerdos ni los pollos de la granja

Tampoco para poner mi atención sobre aquella probeta

Que demuestra que todos tenemos el virus de la vida

Un pececillo que sobrenada sobre natas y excrementos

Al que dan igual las granjas como los edificios

Y se instala efímeramente sobre cualquier cosa

Incluso si es preciso dentro de nosotros

Y a ver cómo pica

Cómo revienta y pone en vilo

En calamitoso estado de postración

Todo aquello que íbamos considerando vida

Vivo viviente y la lista completa de sus altisonantes sinónimos

A ver cómo quema

Cómo estalla

Cómo perturba tu corazón

Último refugio de nuestro cuerpo

En el que por un momento olvidamos

El sexo, las piernas, la terca angina de pecho

Cómo tu corazón lucha solo y sin escudo ninguno

Contra la vida

Y gana siempre y sin atenuantes la derrota

Porque únicamente el corazón la sobrevive

Y siempre ha sido muchísimo más que la vida

 

©Pedro Granados, 2021