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viernes, 5 de septiembre de 2025
MULTIPLICACIÓN DEL SOL/ Gabriel Chávez Casazola
El motivo de este poemario parecería coincidir, exactamente, con uno fundamental en la obra de César Vallejo, por ejemplo, en Trilce XIV: “Pero he venido de Trujillo a Lima. / Pero gano un sueldo de cinco soles”. En ambos casos se rechaza la anarquía o el pesimismo y, más bien, se postula el sentido y la posibilidad de un centro. Sin embargo, y a pesar del talante insistentemente “panteísta” del discurso del poeta boliviano Chávez Casazola (1972), y de su innegable experiencia y pericia de versificador, nos hallamos ante dos propuestas sólo en apariencia semejantes, aunque diametralmente distintas. La entraña de esta diferencia estriba en el lugar de enunciación; mientras en Multiplicación del sol (Colombia, 2017; Chile, 2018), a la larga una secuela nerudiana-machadiana, aquél se ubica al exterior del paisaje porque es el sujeto poético hablando y reflexionando lo que para su fuero interno constituye la naturaleza. Por el contrario, en Trilce, es el sol o Inkarrí el que nos habla desde el texto; es más, el propio poemario en tanto materialidad u “objeto” adopta al cuerpo mismo del Inca restituyéndose (que Trilce se halla constituido de “fermentos” o “hervores” y no, como en los libros de la vanguardia histórica, de fragmentos). Por lo tanto, la poesía post vallejiana más importante de Bolivia, en el sentido de ensanchar creativamente su legado, e intentar entendernos mejor en tanto andinos globales, continúan siendo, aunque en tonos muy distintos, Jaime Sáenz o Jorge Campero, no Hilda Mundi; y, en la “narrativa”, un autor como Christian Vera y su Ciudad Trilce. Esto último, si nos animáramos a individualizar cultores; pero si no, todo ese indistinto “bestiario” que es la poesía altiplánica (incluido el llano) lo constituiría sin distinguir poetas y que, en reflexiones anteriores, ya hemos intentado exponer. P.G.